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Nace en A Estrada un vivero de olivos autóctonos adaptados al clima gallego

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

FORESTAL

miguel souto

Ouro da Chousa ofrece 750 plantas de esquejes de ejemplares centenarios

15 may 2022 . Actualizado a las 11:46 h.

Ouro da Chousa ya no solo es la marca de un sabroso aceite de oliva gallego. Ahora es además el nombre de un pequeño vivero estradense centrado en el desarrollo y la venta de olivos de variedades autóctonas, buscando su adaptación idónea al terreno.

Al frente del negocio está el estradense Juan Carlos Mosquera, que decidió meterse a viverista después de una mala experiencia con una plantación propia de olivos de la variedad arbequina. Mosquera es uno de los productores estradenses que hace casi una década se iniciaron en el cultivo del olivo aprovechando las ayudas del proyecto Cernes. Era un plan piloto que buscaba la implantación local de este cultivo con el objetivo final de crear un aceite 100 % gallego. A su calor se plantaron 37.400 olivos en 16 fincas. Sin embargo, los reveses derivados del clima gallego, la falta de cultura olivarera en Galicia y también, en algunos casos, la falta de cuidados, arruinaron muchas plantas. Los expertos consideran que la plantación superintensiva y la elección de la variedad arbequina —que no se adapta bien al clima gallego— fueron los principales errores que se cometieron en su día.

Para atajar el problema de raíz, Juan Carlos Mosquera decidió arrancar todas sus plantas y empezar de cero con una variedad gallega. ¿Como la consiguió? Recurriendo a los propietarios del pazo de Santa Cruz de Rivadulla, donde dan sombra olivos con casi 500 años de historia y adaptación al clima gallego más que demostrada.

Mosquera ya había alcanzado un acuerdo con los propietarios para comprarles aceituna para mezclar con la suya y elaborar su aceite Ouro da Chousa. Después, siguiendo los consejos de los técnicos, compró a los dueños del pazo planta formada a partir de esquejes de los olivos autóctonos. En octubre replantó su finca con 350 olivos de esta remesa que están dando buenos resultados. «Non secou nin o primeiro e en dous anos penso que estarán producindo», asegura Mosquera. El próximo año, plantará otros 100 en otra finca.

Además de los que él necesita, Mosquera dispone de otros 750 ejemplares más que ha puesto a la venta, iniciando su labor como viverista. «Teñen tres anos e pico e moitos xa están con olivas», asegura. Según explica estas plantas tienen grandes ventajas frente a la variedad arbequina. Además de adaptarse mejor al clima, sus aceitunas producen un aceite con menos oxidación. «O da arbequina hai que consumilo no ano, pero este aguanta ben dous», cuenta el estradense.

Mosquera quiere continuar formando planta de variedades autóctonas para vender. Espera la visita de los técnicos para certificar de qué variedad concreta se trata, ya que, pese a su antigüedad, los árboles de origen aún no estaban catalogados.