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Hallan 20 tipos de olivos autóctonos que abren nuevas puertas al aceite gallego 100%

María Cedrón REDACCIÓN

FORESTAL

ROI FERNANDEZ

El reto ahora es trabajar en la multiplicación de estas plantas a gran escala

18 mar 2022 . Actualizado a las 09:22 h.

Galicia esconde un tesoro, un oro verde que aobrevivió durante años oculto entre las especies que conforman el bosque autoctono gallego. Eso era algo que se sabía, lo que no estaba tan claro es el tamaño de esa mina. Pero ahora un estudio ha logrado identificar en la comunidad una veintena de antiguas variedades autóctonas de olivo. El hallazgo abre la puerta a la producción de aceite de oliva 100 % gallego y a la apertura de una nueva vía de negocio que contribuya a recuperar el campo y asentar población en el medio rural. La investigación fue realizada por el grupo VIOR (Viticultura, Olivo y Rosa) de la Misión Biológica de Galicia (MBG), perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) con la financiación de la Fundación Juana de Vega (FJDV) y la colaboración de la Asociación de Productores de Aceite y Aceituna de Galicia (APAG) y la Asociación de Viveristas del Noroeste (ASVINOR).

El hallazgo fue presentado este jueves en la sede gallega del CSIC, ubicada en Santiago. Ahí detallaron que durante los años que ha durado la investigación se han marcado y analizado 167 olivos, la mayor parte centenarios, localizados en las cuatro provincias gallegas. Concretamente en zonas de la comarca da Ulla, O Ribeiro, Tui, Verín, A Estrada, Quiroga u Ortigueira. En once de las veinte variedades diferentes que han logrado identificar, el Centro Superior de Investigaciones Científicas ha comenzado el proceso para registrarlas en el Listado Español de Especies de Interés Comercial para que sean reconocidas oficialmente a nivel internacional como «únicas y difernetes de todas las existentes».

Ahora que están identificadas, hay que continuar dando pasos. Uno de ellos es el de completar, en colaboración con la Xunta, el proceso de certificación de varios clones de cada una de esas variedades. Esa es la puerta que abre a los agricultores el acceso a esos árboles autóctonos.

Porque más allá del gran valor científico de la investigación, el hallazgo aporta valor al desarrollo económico del medio rural dado que, al transferir estas nuevas variedades a productores o viveros, abre una vía para que pequeñas empresas o explotaciones puedan emprender en el campo con ideas diferentes e innovadoras que aporten valor añadido al ser el aceite un producto gourmet.

Al mismo tiempo, a nivel científico, como explican desde la Fundación Juana de Vega, los resultados obtenidos en el proyecto titulado Apoyo a la consolidación en el mercado e aceites gallegos de calidad, mediante el uso de variedades de olivo autóctonas ayudan a aumentar el patrimonio agrario común existente hasta ahora en Galicia. Las variedades encontradas están, además, asociadas a una zona de clima húmedo que, al ser diferente al del resto zonas olivareras de la península Ibérica y resto de Europa, convierten a Galicia en la zona olivarera ubicada más al oeste del continente.

De ese modo queda abierto un amplio campo de investigación en materias como la adaptación de esas especies a diferentes espacios naturales o los mecanismos de defensa que pueden desarrollar frente a plagas o enfermedades. No hay que olvidar tampoco el campo que se abre en materias como el estudio de la historia agraria de Galicia o los paisajes agrarios.

El proyecto, como añaden desde la Fundación Juana de Vega, está adscrito a la Plataforma ALCINDER (Alternativas Científicas Interdisciplinares contra el Despoblamiento Rural), que coordina Carmen Martínez, junto con otro de los miembros del Grupo VIOR, José Luis Santiago.

Una de las preguntas que pueden plantearse ahora es, ¿podrían aparacer todavía más variedades? Según Carmen Martínez, aunque todavía puede aparecer de forma puntual alguna otra variedad autóctona y se seguirá estudiando, «en el trabajo realizado hasta el momento, se ha recogido prácticamente toda la variabilidad olivarera existente en Galicia».

Consolidar todo el sector

Por eso, ahora hay que trabajar en la multiplicación de planta de estas variedades a gran escala y a estudiar su comportamiento agronómico en diferentes partes de Galicia. De esta forma, añadió, podrá construirse un sector olivarero sólido, capaz de ofrecer al mercado un producto diferenciado y de alta calidad.

Lo que queda claro, como avanzó el presidente de la Fundación Juana de Vega, Enrique Sáez, es que este proyecto pretende contribuir al desarrollo del sector olivareiro gallego, apoyándose en la diferenciación y la calidad como elemento competitivo frente a otros operadores de mayor volumen y tradición en la producción olivarera.