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La iniciativa de una pareja para recuperar terrenos abandonados en Antas de Ulla: «Tú me cedes tu finca y yo te la cuido y planto gratis»

FORESTAL

Rubi Esteban y Sandra Goded en una de las actuaciones de conservación
Rubi Esteban y Sandra Goded en una de las actuaciones de conservación cedida

Sandra Goded y Rubi Esteban compran prados o establecen convenios con los dueños. El objetivo es crear una gran reserva natural

30 mar 2022 . Actualizado a las 13:04 h.

Sandra Goded, doctora en Biología, se mudó de Madrid a Antas de Ulla hace 14 años. En parte por su pareja, Rudi Esteban, y también por ser una apasionada de la biodiversidad del centro de Galicia. «Nos últimos 20 anos a paisaxe da Ulloa cambiou drasticamente por ser substituida por plantacións», asegura. Por eso, se decidieron a fundar la asociación Quercus Sonora, que compra fincas de bosque autóctono, o prados, o establece convenios con sus propietarios para cuidar los terrenos y sacar rendimiento. Sin coste para el propietario. «De momento temos 10 hectáreas, pero queremos crear unha gran reserva natural». 

Cuando Sandra, madrileña, se instaló a vivir en una pequeña aldea ubicada a los pies del río Ulloa, los terrenos de esta comarca «podían equipararse case cos Ancares». El microclima de la zona, tal y como explica la bióloga, complicaba el crecimiento del eucalipto por las heladas, por lo que las plantaciones tardaron en llegar. «Pero despois chegou outra especie que si soportaba as temperaturas e comezaron a verse grandes plantacións cada mes», relata. Goded lo notó, pero sobre todo se percató Rubi Esteban que nació en Antas de Ulla. Como bióloga, siempre había querido dedicarse a la protección del bosque y él, que de profesión es músico, tenía un vínculo personal. 

Sandra y Rubi custodian el territorio de dos maneras. Por una parte, emplean las cuotas de los socios de la organización, que son de 10 euros anuales como mínimo, para comprar terrenos y pasar a ser propietarios. Aunque llegar a este punto fue un proceso lento, de hecho, tardaron siete años en acumular fondos para hacer su primera adquisición.

Fue en el 2014. Desde entonces, pudieron acelerar la compra de terrenos porque los vecinos, implicados con su filosofía, le vendían las fincas con pagos a plazos. El segundo método de custodia son los contratos con los dueños, de manera que estos siguen siendo los propietarios, y Quercus Sonora se encarga gratuitamente de conservarlos. «É unha relación moi bonita porque son terrenos de xente maior que xa non pode coidalos ou de veciños que, por descoñecemento ou dispoñibilidade, non se poden facer cargo deles», explica Goded.

Las diez hectáreas que cuida esa pareja están divididas casi a partes iguales entre las que son propiedad suya y las que cuidan por convenio. En ellas, su labor es de limpieza y conservación del bosque y, por otra parte, sacar rendimiento de sus recursos. «Producimos castaña, facemos novas plantacións de especies autóctonas como nogueiras, cerdeiras ou mazás, e recollemos setas», cuenta. De hecho, la cantidad de castañas que dan sus terrenos es tal que algunas las guardan para plantar nuevos castaños en las fincas de los vecinos con los que colaboran, de regalo. El beneficio económico que tengan estas actividades lo destinan a cubrir los gastos mínimos y el resto vuelve a los propietarios de los terrenos. «O beneficio para nós é que se conserve o bosque, non é económico», asegura Goded.

El cuidado de las diez hectáreas de «reserva natural» ocupa prácticamente todo el ocio de Sandra y Rubi. «Todo o tempo que nos permiten os nosos traballos adicámolo ao mantemento das terras». De hecho, con la pandemia coincidió la cesión de un eucaliptal, el primero de la asociación, que fue comprado por Fundem. La pareja fue la encargada de cortar los 180 árboles, uno a uno, y después los repartieron entre los vecinos. Aun así, no están solos. Quercus Sonora ya cuenta con 145 socios y unos 80 voluntarios que participan en la conservación del verde de A Ulloa, provenientes hasta del País Vasco o Madrid. En el caso del voluntariado, hacen actividades una o dos veces al mes. 

Más población y beneficios económicos

La implicación de Sandra con los bosques de A Ulloa no es solo por gusto sino también por interés científico. Su tesis doctoral Efectos de las prácticas agrícolas y forestales sobre la biodiversidad en el Noroeste de España, realizada en la USC, estudió el impacto medioambiental y social de las plantaciones en la comarca. Goded concluyó que las plantaciones de eucaliptos «son maioritariamente de xente que non vive no rural», lo cual se acentúa por el hecho de que estas explotaciones no requieren mantenimiento. «A perda da paisaxe está directamente relacionada ca pérdida da poboación», sentencia Goded.

Por tanto, los terrenos de bosque autóctono, como la gran cantidad de soutos que están abandonados, pueden ser, según Goded, una herramienta de asentamiento de la población. «Son fincas que requiren coidado constante, polo que deben pertencer á xente que viva no rural». Para apoyar la decisión de optar por un terreno de estas características, la bióloga madrileña explica en sus tesis que se puede asegurar un beneficio económico: «Anualmente pode dar máis cartos que unha plantación de eucalipto se se traballan os castaños, a leña de poda, as setas, e se meten porcos ou cabalos».