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La voracidad de China convierte la madera en un bien de lujo

maría cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

FORESTAL

PACO RODRÍGUEZ

Los aserraderos gallegos sufren la escasez de una materia prima disparada

15 sep 2021 . Actualizado a las 01:21 h.

«China está comprando todo. Ata están levando barrís, algo que nunca fixeran». Gabriel Fernández, gerente de Maderbar, una empresa lucense dedicada desde hace más de medio siglo al aserrado de madera estructural, tonelería, tabla, tarima o tronco para chapa, vive directamente las consecuencias de la burbuja que ha experimentado esta materia prima. Y toca a todas las especies. Desde el pino pinaster y radiata, al abeto, el roble rojo o el roble blanco americano. Y a todos los formatos: de la rolla (tronco) a los productos de primera transformación (tabla y tablón) o los de segunda transformación (tablero, tablero laminado o viga laminada...)

Solo en el caso de las coníferas, los precios medios se han incrementado el pasado mes de abril en torno a un 121 % con respecto a la cotización del año anterior y continuaban subiendo, según los datos que maneja el director de la Escuela de Ingeniería Forestal de la Universidade de Vigo (UVigo, Juan Picos. Y lo peor, como apunta el presidente de la Federación de Aserraderos y Rematantes de Madera de Galicia (Fearmaga), Elier Ojea, es la escasez: «Además de subir la cotización, los plazos de entrega de la madera aserrada o la tabla que antes podían tardar una media de tres meses, ahora se están demorando entre 6 y 7. Además, no hay garantía de recibir todo lo que has pedido».

Eso pasa porque, como explica Gabriel Fernández, que acaba de llegar de Suecia, «non hai madeira dispoñible. Se tes madeira, tela vendida». Eso que, como añade, «as tarifas son moi superiores. O prezo do metro cúbico de viga laminada de abeto en orixe, por exemplo, pasou de custar 430 euros a 800 ou 900 en só ano e medio».

«Non hai madeira dispoñible. Se tes madeira, tela vendida»

En Galicia apenas entra rolla de importación. Lo habitual es traer tabla, tablero o viga laminada que llega de Finlandia, Austria, Polonia, Rumanía, Eslovenia, Alemania, Estados Unidos, Canadá... «O problema en Europa -reitera Fernández- é que China está comprando máis da metade da madeira do mercado europeo. Despois, os que están moi amolados son os serradoiros franceses porque alí lles están levando tamén toda a madeira». Por eso sugiere la puesta en marcha de alguna medida proteccionista de la materia prima a nivel europeo, un blindaje contra el hambre de madera de China. Aunque esa voracidad no es el único factor que influye en la burbuja. 

El incremento de la cotización ha ido escalando a un ritmo constante desde enero. «O prezo do metro cúbico de taboleiro de OSB, un material moi utilizado para a construción de vivendas en Estados Unidos multiplicouse por catro; o de MDF ou aglomerado máis dun 50 % e a táboa de viga laminada multiplicou o valor por 2 ou 2,5. Esas subidas nunha madeira serrada como o pino roxo ou abeto que valía 300 euros e agora pasa a 600 aínda bo é, pero o roble blanco pasou de 1.800 euros o metro cúbico a 3.800 ou 4.000. É unha verdadeira loucura», explica Mario Carballo. Él es el gerente de Maderas Besteiro, una compañía con noventa años de historia dedicada a la fabricación de tarimas, frisos, cocinas, molduras o estructuras y a la distribución de madera en bruto, vigas, aislamientos o puertas, y también conoce bien de qué va esta historia.

«O roble blanco pasou de 1.800 euros o metro cúbico a 3.800 ou 4.000»

¿Va a frenarse la escalada a corto plazo? No hay quien se atreva a hacer un pronóstico. Al menos en los aserraderos, porque aunque es verdad que la demanda de Estados Unidos parece haberse contenido en el mes de agosto, las compras desaforadas de China mantienen la tendencia de precios. Quizá por eso, aunque las cotizaciones de la madera en general parecen haberse estabilizado tras las subidas, el tablero continúa la tendencia alcista. Eso se une a la falta de abastecimiento: «A nós fóronos respectando os pedidos, pero hai outras empresas que tiveron problemas», dice

 Madera local

La burbuja en la madera de importación ha provocado un efecto dominó en el mercado de proximidad. María del Carmen Gayoso, de Maderas Gayoso, una empresa de Vilalba que trabaja para el mercado local surtiendo a otros aserraderos con rolla de pino y frondosas y transformando en aserradero madera de castaño, tablas, vigas y viguetas para la construcción, explica que «o habitual antes da pandemia era que a madeira de pino laminado tivera un prezo máis baixo que o castiñeiro. Agora a diferenza acurtouse e en moitos casos o prezo da madeira de pino supera á do castiñeiro e moita xente está optando polo castiñeiro para construír xa que é unha madeira máis nobre de proximidade».

Lo cierto es que la cotización del pino ha subido tanto que una viga laminada de pino está ahora prácticamente al mismo precio que un tronco de castaño. Es lo que cuentan fuentes del sector que trabajan con pino autóctono. «De maio para aquí, o prezo do pino en tronco subiu en torno a un 20 % porque hai moita demanda. Poder ser debido a que, ao non haber madeira de fóra, estase buscando aquí. No curto prazo pode subir aínda outro 10 %, pero iso é só unha estimación», añaden esas mismas fuentes. El pasado mes de mayo una rolla de pino en fábrica estaba en unos 50 euros el metro cúbico, ahora varía entre los 60 y los 65 euros en función del diámetro y la calidad. La paradoja es que esas subidas todavía no han experimentado el mismo precio de subida para el propietario del monte.

El eucalipto ha estabilizado los precios tras alguna ligera subida. Está en unos 40 euros con corteza en cargadero, cantidad a los que habría que sumar 7 euros más para el que no tiene cáscara. También es verdad que se está cortando menos. «As empresas que antes tiñan catro equipos cortando eucalipto, agora dedican dous para pino», dicen desde el sector.

Aunque este escenario pueda ser temporal, hay que tener en cuenta el protagonismo que está tomando la madera en construcción o como sustitutivo del plástico. Es fácil deducir cuál será el segundo capítulo de esta historia.

La pandemia y la demanda de Estados Unidos aceleraron la escalada

Cuando los efectos del coronavirus comenzaron a salpicar las economías de los países del primer mundo, los aserraderos estadounidenses temieron la inminente llegada de una nueva depresión. Y como estaban curados de espanto, por una vez, decidieron ser cautos reduciendo su producción de tablero. Pero tanta prudencia les estalló en la cara porque aquella debacle que auguraban no llegó.

Ocurrió justo lo contrario. La historia tomó otro camino al desatarse un bum de la construcción que agotó rápidamente los reducidos stocks de madera de los aserraderos. Los precios de la vivienda subieron una media de 35.872 dólares, según los datos de la Asociación Nacional de Constructores de Viviendas Norteamericana (NAHB por sus siglas en inglés). Y los norteamericanos se lanzaron por el mundo a la caza de madera. Lo mismo estaban haciendo los chinos o, a mucha menor escala, los aserraderos europeos, empujados por el bum de la rehabilitación de viviendas

Fuegos en Siberia y Oregón

Así comenzó a inflarse la burbuja de la madera, pero poco a poco fueron apareciendo nuevos factores que ayudaron a inflar el globo. «Hay factores coyunturales que se han ido mezclando. La demanda americana se unió al incremento de las compras por parte de China y una mayor demanda de Europa para rehabilitaciones. A eso hay que sumar los grandes incendios de Siberia -Rusia es uno de los mayores productores de madera del mundo- y también los fuegos que arrasaron Oregón, unas catástrofes medioambientales que sacaron del mercado mucha materia prima», apunta Elier Ojea.

Y Mario Carballo añade otro ingrediente a esa ensalada: «En maio a asociación finlandesa emitiu un informe no que explicaba que a falta de stock debida a unha menor tala de árbores rexistrada no país nos últimos anos, se unira ao incremento da demanda global e de aí o escenario». Ahora habrá que ver qué pasa a partir del 1 de enero del 2022, cuando Rusia deje de exportar rolla para transformarla dentro de sus fronteras. Quizá haya un nuevo movimiento de fichas en el complicado entramado que mueve los hilos del comercio mundial de esta materia prima.