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El sector lácteo y forestal se alían para reducir la huella de carbono

M.C. REDACCIÓN

FORESTAL

PACO RODRÍGUEZ

Destacan el potencial del monte como herramienta de compensación de CO2 emitido para la industria, tanto plantando sus propios bosques como usando tierra de terceros. CLUN y la Fundación Arume son un primer ejemplo en Galicia de esa colaboración.

16 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Convertirse en la primera región europea descarbonizada podría aportar a Galicia muchos puntos ante Bruselas. Sobre todo de cara a albergar proyectos económicos capaces de dar un respiro a la economía. El apunte lo hizo el presidente de la Fundación Arume, José Carballo, durante su intervención en el encuentro digital sobre el papel del sector forestal en la bioeconomía y la compensación de emisiones. De hecho, avanzó que la fundación como la ventana de las empresas, especialmente las gallegas, para canalizar sus inversiones para compensar sus emisiones de CO2. ¿Cómo? Canalizando sus proyectos hacia el monte con la potenciación de especies de coníferas altamente demandadas por la industria. Es lo que ha hecho ya la cooperativa láctea Clun tras aliarse con la Fundación Arume para compensar unas emisiones que ya no puede recortar más por sus propios medios. 

Porque como explicó Sabela Oca, responsable de Innovación, Calidad y Seguridad Alimentaria de United Dairy Cooperatives (CLUN), rebajar el grado de emisiones de CO2 es uno de los objetivos que la cooperativa CLUN se marcó ya en el 2016. Porque fue ese año cuando empezó a medir su huella de carbono.

Ahora, tras haber logrado reducirla un 22 % en el proceso de elaboración de un litro de leche, quiere dar un paso más. ¿Cómo? Por medio de un alianza con el sector forestal a través de la Fundación Arume para reponer monte quemado. 

Lo que está claro, como apuntó el coordinador de la Plataforma Juntos por los Bosques y decano del Colegio Forestal de Ingenieros Forestales, Eduardo Rojas, es que la bioeconomía y el manejo forestal son una «oportunidad de oro» para generar grandes beneficios económicos, ambientales y sociales en desafíos  no solo como la obtención de materias primas, también en el reequilibrio energético, territorial y demográfico, y la lucha contra el cambio climático.

El número de organizaciones que están inscritas en el registro de huella de carbono del Ministerio de Transición Ecológica, entidad creada para cuantificar, reducir y compensar las emisiones de CO2, es de un total de 1.347. El dato lo dio Marta Hernández, de la Oficina Española de Cambio Climático de ese departamento del Gobierno central, quien destacó el potencial del sector forestal como herramienta de compensación de CO2 para las organizaciones, ya sea mediante la plantación de sus propios bosques o haciendo uso de tierras de terceros.