Identificar la madera útil en zonas de conservación o difícil acceso, otro de los grandes objetivos del Inventario Forestal

No es un trabajo fácil hacer un inventario forestal en Galicia. Las particularidades del monte gallego con múltiples modelos de propiedad y su gran movilidad de cortas lo hace muy diferente al que pueda haber en Andalucía o Extremadura. Esa es la razón por la que la Consellería de Medio Rural, con el apoyo del Consello Forestal y las Universidades de Santiago y Vigo, está haciendo un traje a medida de su monte que profundice en el tipo de propiedad y aprovechamientos que se realizan en la comunidad. Hasta ahora el referente es el inventario que, cada diez años, se hace a nivel nacional. El último es del 2010.

Tras el parón provocado por el coronavirus covid-19 ayer el director xeral de Planificación Forestal, José Luis Chan, se reunió de modo telemático con representantes de esos organismos para consensuar los contenidos de un documento que, como avanzó, no estará listo hasta dentro de dos o tres años por la complejidad que encierra recabar todos los datos necesarios para, llegado el momento, tener información en tiempo real sobre todo lo que está moviéndose en el monte gallego. «A idea é baixar a estadística á escala galega adaptándoa ao tipo de propiedade que temos aquí (1.200.000 hectáreas están repartidas entre 500.000 propietarios)», apuntó. Pero también pretende averiguar el documento qué grado de gestión tienen esas propiedades forestales, a demás de identificar la madera útil _tanto para el propietario como para las empresas_ que pueda haber en zonas de difícil acceso o en áreas como las riberas de los ríos. 

Para encaminar todo eso, en la reunión de ayer se sentaron las bases para crear un grupo de trabajo con las organizaciones sectoriales que enviaron sus comentarios por medio de una encuesta que les fue enviada por la Universidade de Santiago. 

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