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El vino de branco lexítimo demuestra su resistencia al cambio climático en la Ribeira Sacra ourensana

Uxía Carrera Fernández
UXÍA CARRERA OURENSE / LA VOZ

AGRICULTURA

Viñas de la Ribeira Sacra en Ourense
Viñas de la Ribeira Sacra en Ourense Santi M. Amil

La bodega Ponte da Boga fue laboratorio de una investigación del CSIC que resultó con la primera cosecha comercializada de la variedad, con un éxito rotundo

27 jun 2024 . Actualizado a las 15:40 h.

En la Ribeira Sacra de Ourense, bajo el amparo de la denominación, se ha comercializado el primer vino de la variedad branco lexítimo. Un tipo de uva minoritario que se abandonó pero para el que auguran un gran futuro porque se adapta a las condiciones del cambio climático que ahora dificultan gran parte de los cultivos. La lanzó la bodega Ponte da Boga, en Castro Caldelas, que fue laboratorio de una investigación del Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino de La Rioja (ICVV) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. La cosecha fue un éxito, «desapareció» del mercado y se llevó 95 puntos de la revista especializada Decanter. Presentó el estudio Mar Vilanova este miércoles en las V Xornadas de Viticultura de la Sociedade Española das Ciencias Hortícolas celebradas en Ourense. 

Las jornadas se celebran en el Centro Marcos Valcárcel los días 26 y 27
Las jornadas se celebran en el Centro Marcos Valcárcel los días 26 y 27

El título de las jornadas, que tuvieron lugar en el Centro Cultural Marcos Valcárcel, era A viticultura ante o reto da sostenibilidade. La investigadora del ICVV, Mar Vilanova, participó para habalr sobre la calidad aromática del branco lexítimo y su adaptación a la viticultura de montaña. Su trabajo, en colaboración con la USC, se realizó durante seis años en Castro Caldelas. «Hay variedades minoritarias que en algún momento se fueron abandonando porque daban grados o no eran productivas, pero hoy con el cambio climático lo que queremos es que no den grados, tenemos un exceso, y estamos viendo que esta variedad se adapta muy bien a las condiciones de cambio climático y de montaña», explica. Vilanova ya había estudiado este tipo de uva en Betanzos, donde es más tradicional, o en las Rías Baixas. En toda Galicia solo hay 18 hectáreas cultivadas. Cuando la bodega Ponte da Boga plantó dos hectáreas, apostaron por estudiarla en las condiciones de la Ribeira Sacra, a 500 metros de altitud

«Funcionó fenomenal», asegura. El resultado fue un vino de gran calidad, caracterizado por unos compuestos llamados terpenos que tienen aromas a flores y a frutos. La que mayor carga tiene de estos compuestos en la Ribeira Sacra es la variedad de loureiro y, después, concluyeron es el branco lexítimo. En tercer lugar, está el albariño. Fue el resultado de cosechar todas las variedades gallegas en el mismo lugar, con ambientes, sistemas de conducción y de cultivo idénticos. «Es un producto poco conocido, añade diferenciación y es algo nuevo porque es súper aromático», explica. Las características de la montaña ourensana son óptimas para este tipo de uva por su gran amplitud térmica. Llega a haber una diferencia del día a la noche de 30 grados, lo que es muy bueno para los compuestos aromáticos.

El problema con el que se toparon es que no se podía usar porque no estaba incluida en la lista de variedades comerciales. Los dos institutos de investigación y la bodega trabajaron juntos para conseguir incluirla en la lista y después, Ponte da Bodega logró que estuviera amparada por la denominación de origen Ribeira Sacra. En el 2022 sacaron su primera cosecha, la primera del mercado, y fue calificada con 95 puntos por la revista inglesa Decanter. «Realmente está funcionando y está generando mucho interés», asegura Vilanova. Fue un trabajo de muchos años pero dio sus frutos. La bodega de Castro Caldelas ya prevé aumentar la producción y hay más negocios de la denominación interesados, así como de otras zonas de Galicia. «Además está a buen precio», añade la investigadora.

 Una variedad sostenible

El calentamiento que se está produciendo en muchas zonas vinícolas y la falta de agua acabará provocando que se abandonen viñedos y aparezcan nuevos sitios donde sí sea posible cultivar, asegura Mar Vilanova. Precisamente los lugares más frescos son los de mayor altitud, por eso la Ribeira Sacra tiene mucho futuro. Incluso se buscará mayor latitud, siendo el sur de España una zona complicada y apareciendo más cultivos en el sur de Europa o Gran Bretaña. «Se están probando sistemas para seguir cultivando, pero cada vez va a ser más difícil», apunta. Por ejemplo, en la Rioja están estudiando reutilizar el agua usada para el regadío ante la falta de este recursos. Precisamente el branco lexítimo ha dado unos resultados de gran calidad en el territorio que podrá tener más resistencia al cambio climático.