La manzana de los 500 millones de dólares conquista Galicia, y no es de Apple

M. Cedrón REDACCIÓN

AGRICULTURA

vitor mejuto

Bruce Barrit comenzó en 1997 el desarrollo de Cosmic Crisp por medio de hibridación cruzada en la Universidad de Washington para salvar a la industria hortofrutícola del estado del oeste norteamericano. Hace unos meses la variedad llegó a las fruterías gallegas

19 sep 2023 . Actualizado a las 17:38 h.

-Pruébala, es muy jugosa y crujiente. Dulce, pero a la vez ligeramente ácida.

Solo con una recomendación. Ese fue el modo en el que en una frutería de A Coruña comenzó el idilio con la Cosmic Crisp, una variedad creada en la Universidad de Washington usando la misma técnica que usó Mendel en sus experimentos sobre genética y que llegó a España hace tan solo unos meses. Su textura y su sabor comienzan a conquistar cada vez más paladares en Galicia, pero la historia de esta manzana en la que se han invertido millones de dólares durante las dos décadas que han tardado en lanzarla al mercado también es fascinante. Y dicen que aguanta hasta un año en la nevera.

Esta manzana no es más que la idea de un horticultor e investigador, Bruce Barrit, que quería ayudar a los agricultores del estado de Washington, el mayor productor de manzanas de Estados Unidos. Tras haber dedicado hectáreas y hectáreas de terreno al cultivo de la variedad Red Delicious, a finales de los años 90 las cuentas de esos agricultores comenzaron a fallar al ver como la comercialización de sus manzanas comenzaba a caer por la entrada de otras variedades. Los días dorados de la Red Delicious comenzaban a agotarse. Pero ahí estaba Bruce Barrit en 1997 para echarles una mano.

Unos dieciséis años antes, estudiando los huertos pertenecientes al Centro de Extensión e Investigación de Árboles Frutales de la Universidad Estatal de Washington en Wenatchee, este investigador advirtió que no podían dedicarse tantas hectáreas a una única variedad y comenzó a convencer a la industria, a la Universidad de Washington y a los productores de que había que trabajar juntos para desarrollar nuevas manzanas. No le fue fácil convencerlos, pero su terquedad le llevó a implicar también al Centro de Investigación de Árboles Frutales de Washington (WTFRC) para que la Universidad de Washington (WSU) desarrollara un programa propio de mejora de manzanas

En el marco de ese programa fue donde, en 1997, comenzó a usar polen de la variedad Enterprise para polinizar árboles de Honeycrisp. El resultado, como explican en la página web de la Universidad de Washington, fue WA 38. Un año después germinaron las semillas que fueron cultivadas en un invernadero. En primavera las plántulas se trasladaron a un vivero en el que fueron creciendo hasta septiembre de 1999. Aquel árbol y sus hermanos se plantaron en Columbia View Orchard de la WSU, y ahí fue donde se recogieron los primeros frutos para su evaluación.

En el 2017, los viveros produjeron 300.000 árboles, pero los productores demandaban cuatro millones. La alta demanda hizo que hubiera que ir a sorteo para hacerse con ellos. «En tres años, la industria había plantado más de 11,5 millones de árboles e invertido más de 500 millones de dólares en este esfuerzo», dicen desde la Universidad de Washington. Y a lo largo de los años los propietarios de los frutales dejaron entrar a los científicos en sus campos para continuar con la investigación.

La Cosmic Crisp, que ha adoptado el nombre de su crujiente textura y de las pintas de la piel que emulan un cielo estrellado, entró en el mercado europeo el pasado mes de marzo. Propiedad de la Universidad de Washington, el Tirol del Sur es el lugar donde se produce para Europa. Pero esta no es la única novedad que llegará en el campo de las manzanas desde el otro lado del charco.