Cinco bodegas ribeirás solicitaron recoger la uva esta semana
23 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.El pasado domingo comenzó la vendimia en Valdeorras y esta semana se unieron las denominaciones de O Ribeiro y Ribeira Sacra. En el primer caso, son cinco las bodegas que solicitaron poder recoger las uvas de maduración más temprana, como es el godello de algunas parcelas ubicadas en zonas bajas. Entre ellas se encuentra Adega Celme, de Astariz, en Castrelo de Miño, que este martes recogió uva godello para sus vinos tostados.
Las condiciones climáticas de este año han hecho que el comienzo de la vendimia se adelantase unos días con respecto a años anteriores y tras el control en viñedo de los inspectores del consejo regulador, se puede decir que hay zonas y variedades de uva que se encuentran en un excelente grado de maduración.
Sin embargo, se prevé que la vendimia sea extensa en el tiempo y se calcula que dure hasta mediados del mes de octubre, ya que hay variedades de uva más tardías y zonas de la comarca con gran altitud que precisan de mucho más tiempo para lograr su punto óptimo de maduración.
Como actividad previa a la vendimia y para disponer de datos realistas, el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribeiro, como máximo competente en el control y verificación de la uva, organizó un operativo de inspecciones a través de auditorías en una muestra representativa de los viñedos registrados. Desde mediados de junio, como en los últimos cinco años, se llevaron a cabo inspecciones en las fincas de viticultores para valorar el estado en el que se encuentran. En los últimos cinco años se realizaron más de 800, lo que permite hacer una actualización permanente del registro vitícola y tener al día los datos de los viticultores, así como de sus fincas y de sus variedades de uva.
La alarma por el calor se ha activado también en puntos de la ribera del Sil y ha obligado a algunas bodegas de la Ribeira Sacra a adelantar la recogida de la uva tinta. « Co cambio climático xa non se sabe moi ben cales son as mellores viñas. Cando menos, as cousas deixaron de ser como eran antes» , apunta César Enríquez, de Adega Cachín. Situada en la subzona de Ribeiras do Sil-Ourense, la bodega se ha visto en la necesidad de apurar la recogida de la mencía en su viñedo de referencia, la Peza do Rei, en Abeleda. «Imos vendimar só nalgúns liños, os que están sobre terreos menos fondos, onde a seca afecta máis e os bagos comezan a encoller coa calor» , explica el bodeguero.
El inicio de la vendimia en Peza do Rei no obedece al azar. En las jornadas previas se realizaron muestreos de uvas y el análisis de los mostos resultantes dio los niveles de azúcar aconsejables para la recogida. La pérdida de volumen de los racimos a causa del calor y la sequía que aconsejó el adelanto en esta viña no tiene por qué ser necesariamente un proceso irreversible. Con la lluvia, la cepa se recupera y el fruto vuelve a presentar su volumen habitual.
El problema, según indican los técnicos, radica en que esas precipitaciones no lleguen durante la recolección o lo hagan demasiado tarde. De ser así, a la pérdida de cantidad y calidad de la cosecha se añadiría un incremento desaconsejable del grado alcohólico del vino.
Adega Cachín no es la única bodega que inició la recogida de la uva en Ribeira Sacra. La recolección está en marcha desde ayer en Quiroga y hoy también abrirá la campaña en Abeleda Adega Vella, en este último caso con la variedad merenzao, una de las uvas tintas de maduración más temprana. Algueira también está a punto de abrir la campaña en esa zona.
Más fruto que alimentar
Los problemas derivados de la sequía y las temperaturas máximas de las últimas jornadas afectan en mayor medida a viñedos de la cuenca de Sil, que suelen levantarse sobre terrenos menos profundos que los de la cuenca del Miño. La cepa, por otro lado, debe alimentar este año una carga importante de racimos en los viñedos en los que se lograron atajar a tiempo los ataques de mildiu. En esas condiciones, la vid es más sensible a los efectos del estrés hídrico.
La última ola de calor ha traído a las riberas el temido solano. Así denominan los viticultores al viento del sur, que puede causar el secado fulminante de los racimos cuando, como sucede estos días, las temperaturas rondan los cuarenta grados. Variedades blancas como el godello son especialmente sensibles a este tipo de episodios, sobre todo si la uva está desprovista la protección de la hoja. «En el godello no se deben realizar deshojados hasta diez días antes de la vendimia y hay que tener mucho cuidado de cómo se hacen para evitar problemas por los golpes de calor», apunta el experto en viticultura Alfonso Losada.