Más cultivos proteícos para lograr mayor independencia alimentaria. Y mejor que sean bio
AGRICULTURA
Las ayudas asociadas de la nueva política agraria común (PAC), compatibles con las de ecológico, priman el cultivo de leguminosas u oleaginosas para reducir la dependencia del mercado exterior
07 jul 2023 . Actualizado a las 09:52 h.La dependencia de la cultivos proteícos como las leguminosas u oleaginosas importados de terceros países para la producción de piensos o alimentación humana es uno de los grandes hándicaps de la UE, en general, y de España, en particular. Solo en el caso de las semillas oleaginosas, un 80 % del suministro depende del exterior. La razón es que a lo largo de los años las superficies cultivadas se han ido reduciendo debido a la fuerte competencia del mercado exterior. Para rebajar ese alto porcentaje, el Plan Estratégico Nacional para implementar en España la política agraria común (PAC) contiene un paquete de ayudas asociadas en el que fomenta la producción sostenible de proteínas de origen vegetal. Los agricultores o ganaderos que opten a esas subvenciones pueden además percibir las ayudas de la PAC que priman los cultivos ecológicos. De ese modo suman esfuerzos para lograr los objetivos medioambientales marcados por la nueva política agraria común.
Las ayudas asociadas se centran en cultivos como las legumbres, el resto de leguminosas u oleaginosas. Como ejemplo de variedades de leguminosas que pueden plantarse están los guisantes, habas, altramuz dulce, veza o alverja, yeros, algarrobas, titarros o almortas, alholva, alverjón, alfalfa (solo en superficies de secano), esparceta y zulla.Y como ejemplo de oleaginosas están la soja, variedades de girasol, colza, camelina y cártamo. Además, están permitidas las mezclas, pero en ese caso las leguminosas o proteaginosas deben de ser la variedad dominante.
Más allá de los propios cultivos también podrán optar a ayudas asociadas las semillas oleaginosas porque cada vez es más necesario tener semillas de nuevas variedades de plantas adaptadas al cambio climático que está detrás de fenómenos como la sequía.
Al plantar estas variedades se reduce la dependencia exterior, fomentando la soberanía alimentaria y al mismo tiempo también rebajan la huella de carbono, dado que no es preciso recurrir a las grandes rutas de transporte usadas por los barcos para traer esta materia prima de terceros países. También es verdad que con ellos puede recuperarse mucho terreno que estaba abandonado, lo que indirectamente también ayuda a proteger las poblaciones rurales frente a incendios al estar la tierra en uso.
Pero más allá de usar esta proteína vegetal como un ingrediente de los piensos para la alimentación del ganado (algo que también reduce los gastos de las explotaciones) no hay que olvidar que puede emplearse en el desarrollo de distintos productos para la nutrición humana. No hay que olvidar estudios que dicen que la demanda mundial de proteínas per cápita aumentará en un 40%. Además cada vez son más las personas vegetarianas o veganas que tienen en este tipo de proteínas una fuente de alimentación fundamental.