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¿Cómo se combate el gusano gris que se está comiendo el maíz gallego?

Xoán Ramón Alvite Alvite
X. R. Alvite REDACCIÓN / LA VOZ

AGRICULTURA

Xoán Ramón Alvite

Los técnicos apuntan a que es imprescindible actuar con rapidez y a que se pueden utilizar fitosanitarios, pero también trampas de feromonas

21 jun 2023 . Actualizado a las 13:54 h.

Vigilancia constante y exhaustiva de las más de 110.000 fincas gallegas que este año están sembradas con maíz en Galicia. Una superficie que supera ligeramente las 70.000 hectáreas y que puede echarse a perder si no se controla la actividad del gusano gris, también llamado rosquilla del maíz, un animal que destaca por su gran voracidad y que estos días se encuentra en fase de expansión debido a las altas temperaturas y a la abundante humedad existente en el suelo. De hecho, se cuentan por cientos las parcelas en las que hubo realizar resiembras de la planta y en varios miles más los ganaderos ya se han visto obligados a aplicar tratamientos fitosanitarios una vez han detectado la presencia del animal.

«Facer un seguimento das fincas e actuar con rapidez ante a aparición das primeiras plantas mortas resulta fundamental porque estamos ante unha praga capaz de botar a perder grandes cantidades de terreo en moi pouco tempo», apunta Marcos García, ingeniero agrónomo, que apuesta por la utilización de diferentes insecticidas como forma de prevenir el ataque de estos insectos.

«O lóxico é aplicar un insecticida no momento da sementeira e incluso repetir o procedemento unha vez a gramínea xa subira á superficie», señala este asesor agronómico de Bayer, primer fabricante mundial de semillas, que apunta a la Deltametrina como una de las sustancias que mejor funciona ante este tipo de ataques y que, en la mayoría de los casos, resulta relativamente asequible para el agricultor. «Trátase dun insecticida seguro, cunha boa persistencia e que ten un custo por hectárea, dependendo da formulación ou a variedade comercial, que pode oscilar entre os 10 e os 30 euros, unha cantidade baixa en comparación co caro que resulta ter que volver a sementar».

Métodos biológicos

Aunque algunos especialistas dudan de su utilidad en cultivos que abarcan superficies tan grandes como el maíz, también existe la posibilidad de controlar esta especie mediante la utilización de trampas de feromonas. Una sistema que en opinión de José Ramón Vázquez, experto en agricultura ecológica, es un sistema muy eficaz y «más respetuoso con el medio ambiente». «En este caso se trata de controlar la actividad de la polilla, capturando los machos y evitando así la fecundación de los huevos de donde salen las larvas que en su fase más adulta pueden alcanzar los cuatro centímetros de longitud. Es un sistema mucho más ecológico y eficiente en términos medioambientales que los productos fitosanitarios tradicionales».

Entre las medidas preventivas que se relacionan para la lucha contra este parásito se encuentra la realización de siembras tempranas, pues la actividad parece ser mayor en las más tardías, o el laboreo del terreno para dejar al descubierto las larvas, facilitando así la acción de sus depredadores naturales.

Aunque el maíz pasa por ser uno de los cultivos preferidos del gusano gris —Agrotis segetum, por su nombre científico—, su actividad depredadora también se extiende a otros muchos como el de la patata, la vid o incluso el césped. De hecho, según apuntan desde el propio Ministerio de Agricultura, «la rosquilla del maíz forma parte de un amplio grupo integrado por diferentes especies y géneros de la amplia familia de los noctuidos, que producen daños al nivel del cuello de las plantas efectuando unas mordeduras casi circulares que pueden llegar a acabar con estas cuando son jóvenes».