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Los ministros de Agricultura de la UE dibujan las rutas del grano ucraniano

María Cedrón REDACCIÓN

AGRICULTURA

Foto de archivo de un buque cargado con cereal ucraniano en el mar Negro
Foto de archivo de un buque cargado con cereal ucraniano en el mar Negro Europa Press / Contacto / Yulii Zozu | EUROPAPRESS

España y Francia rechazan medidas unilaterales contra su importación

25 abr 2023 . Actualizado a las 20:54 h.

Los ministros de Agricultura de los Veintisiete —por parte de España fue el secretario general de Agricultura y Alimentación, Fernando Miranda— acudieron ayer a Luxemburgo con la intención de sellar la fisura abierta en las últimas semanas dentro de la UE debido a la entrada en territorio comunitario de grano ucraniano a bajo precio que ha acabado tirando la cotización del cereal producido en países como Polonia, Rumanía, Eslovaquia, Hungría o Bulgaria. Eso no impidió que los representantes de Estados como Francia o España, con gran peso del sector primario, recordaran la necesidad de «tener una posición común» en un asunto crucial para el mercado de cereales como son las exportaciones de materia prima de Ucrania. En este sentido, Fernando Miranda destacó la «importancia de no adoptar decisiones unilaterales y la necesidad de que la Comisión ofrezca medidas a corto, medio y largo plazo que permitan afrontar las dificultades de los agricultores de los distintos Estados miembros».

El ministro francés, Marc Fesneau, al igual que hicieron los titulares de Agricultura de Finlandia, Letonia, Irlanda o Croacia, criticó el veto a determinados productos ucranianos que, de forma unilateral, anunciaron algunos países del este de la UE a lo largo de los últimos días, aunque Polonia, el gran aliado de Ucrania dentro del bloque comunitario, dio marcha atrás tan solo unos días después de decretar la prohibición.

Porque como dijo Fesneau, según recoge Efe, «no puede haber una solidaridad que se expresa en nombre de los Veintisiete para los cinco o seis países que pueden estar afectados por el aumento de las importaciones ucranianas y, al mismo tiempo, que algunos países dentro de ese paquete tomen decisiones unilaterales sin que sean decisiones que se toman a nivel europeo».

La reunión se celebró el mismo día en el que el Ministerio de Defensa de Rusia volvió a amenazar con romper el acuerdo internacional que garantiza la exportación de grano a través de los puertos ucranianos que dan al mar Negro. Eso deja en el aire lo que pasará a partir del 18 de mayo, fecha en la que, en teoría, expiraría.

Con todos esos frentes abiertos, buena parte de los representantes de Agricultura presentes en Luxemburgo parecen estar de acuerdo en la necesidad de colaborar con Ucrania para dar salida a una materia prima que no solo es fundamental para sostener su economía de guerra, sino que también resulta imprescindible para equilibrar el mercado internacional de cereales. Al mismo tiempo, entienden las demandas de los agricultores que a lo largo de las últimas semanas han salido a la calle en Polonia, Rumanía, Hungría, Eslovaquia o Bulgaria. Y aunque es el Ejecutivo comunitario el que tiene competencias sobre política comercial, con sus sugerencias contribuyeron a dibujar, indirectamente, las rutas del grano ucraniano, tan dependientes de lo que pasa en el mar Negro.

Nuevas ayudas

Para calmar los ánimos de los agricultores que dicen sufrir «competencia desleal», la Comisión Europea baraja habilitar otros 100 millones de euros de la reserva agrícola que se sumarían a los 56,3 millones financiados por esa misma reserva para los agricultores búlgaros, polacos y rumanos. Además, se podría articular un mecanismo de emergencia para que los países afectados puedan vetar el grano ucraniano a cambio de abrir corredores de paso. Pero no todos los Estados miembros parecen estar de acuerdo. Francia, por ejemplo, ha dicho que antes habría que ver a qué se han dedicado los 56,3 millones de euros dados.