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Baamorto, el viñedo histórico de Ribeira Sacra del que se olvidó la denominación de origen

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

AGRICULTURA

Monforte tenía censadas 389 hectáreas de viñedo a mediados del siglo XVIII
Monforte tenía censadas 389 hectáreas de viñedo a mediados del siglo XVIII ALBERTO LÓPEZ

La vid llegó a ocupar la mitad de la superficie de esa parroquia monfortina y sus vinos se pagaban al precio de Amandi

16 mar 2023 . Actualizado a las 09:56 h.

El hasta hace poco presidente de Ribeira Sacra abrió la caja de Pandora en la rueda de prensa de su despedida. «Hai xente [en el nuevo consejo regulador] que apoia que todo o val de Lemos sexa unha viña, que os viñedos se saquen das ribeiras e se pasen para as chairas», dijo entonces. Cabe suponer que la llanada a la que aludía José Manuel Rodríguez se corresponde con las zonas de Monforte, Pantón y Sober que se incorporaron a la denominación de origen en el 2009 por acuerdo del pleno. De Monforte entraron las parroquias de Moreda y Seoane. De Baamorto, con más méritos que nadie para hacerlo, nadie se acordó.

La admisión en la denominación de origen de parroquias alejadas de la viticultura extrema que la caracteriza se justificó por el arraigo que alcanzó en ellas en otros tiempos el cultivo de la vid. Históricamente, sin embargo, Baamorto fue con diferencia el mayor viñedo de Monforte y uno de los más cotizados de toda la Ribeira Sacra. A mediados del siglo XVIII los vinos de esa parroquia se pagaban casi al mismo precio que los de Amandi. Los más caros estaban en Sober, pero en la ribera de Lobios.

Los datos relativos a los precios del vino en esa época aparecen en el libro del catedrático de la Universidad de Burdeos Alain Huetz de Lemps Viñedos y vinos del Noroeste de España. La obra fue editada en francés en 1962 y hubo que esperar al 2003 para que apareciese una primera traducción parcial al español. Fue promovida por la Junta de Castilla y León e incluía los textos alusivos al viñedo de esa comunidad. Por su parte, la Xunta publicó en el 2109 una edición en gallego de los capítulos relativos a la historia de la viticultura en este territorio.

El geógrafo francés repara en su obra en la singularidad del viñedo en bancales. «En el noroeste de España pocos paisajes hay tan espectaculares como los cañones del Sil y del Miño», escribe. A diferencia de lo que sucede ahora, sin embargo, las zonas bajas del valle competían con las riberas en extensión de viñedo. Fuera de las laderas en bancales, Santa María de Baamorto, era una destacada referencia del mapa vitícola de la actual denominación de origen.

Vista aérea de la parroquia de Baamorto, donde apenas queda ya viñedo
Vista aérea de la parroquia de Baamorto, donde apenas queda ya viñedo Carlos Rueda

En el siglo XVIII, antes de que la plaga de la filoxera motivase un arranque generalizado de viñedos, la viticultura era la actividad principal de los 87 cabezas de familia de esa parroquia monfortina. Sobre una superficie cultivable de algo más de doscientas hectáreas, al menos cien se dedicaban al viñedo. El vino, según la documentación recopilada por Huetz de Lemps, era «uno de los más estimados de la provincia».

Comparativa de precios

El precio medio de los vinos de las otras zonas productoras del municipio de Monforte no llegaba en esa época a los 8 reales el canado, unidad de medida que equivalía a algo más de 36 litros. Según datos recogidos en el libro Viñedos y vinos del Noroeste de España, en la parroquia monfortina de Baamorto se pagaba a 12 reales. Una cantidad llamativa si se tiene en cuenta que el vino de Sober era el más cotizado de la provincia y que el canado de Santa María de Amandi costaba 14 reales. Se consideraba más fino el vino de la parroquia de San Xillao de Lobios, donde el precio llegaba a 15 reales.

A mediados del siglo XVIII, en pleno esplendor de la viticultura en la Ribeira Sacra, el precio del canado de vino rara vez llegaba a 7 reales en las zonas de Pantón alejadas de la ribera, pese a la fuerte demanda existente de esa bebida tanto en Monforte como en la capital de la provincia. Ourense era otro importante mercado próximo, pero a diferencia de Lugo disponía de importantes áreas productoras de las que echar mano en su entorno.

Entre los vinos de Pantón el de la ribera de Pombeiro era el mas afamado, aunque se le achacaba cierta escasez de grado alcohólico con vistas a su conservación. Las zonas de viñedo de Portomarín y Paradela —que protagonizaron en el 2001 la primera ampliación del mapa de esta denominación de origen— no disfrutaron históricamente de mucho prestigio. En ambos casos, y de acuerdo con la bibliografía citada por Huetz de Lemps, los vinos eran «flojos» y su calidad dejaba «bastante que desear».

El geógrafo francés explica que no resulta sencillo evaluar de forma fidedigna la superficie de viñedo que reunía Monforte cuando Baamorto era su referente en calidad. Muchas parroquias —detalla— no aportaban datos precisos para el Catastro de Ensenada. La fiscalidad sobre las ventas de vino requería, por el contrario, de una serie de controles que permiten evaluar el consumo. Según sus cálculos, entre los años 1745 y 1748 la producción destinada al mercado local fue aproximadamente de 262.000 litros.

Configuración de las cepas típica de los viñedos en llano de Monforte
Configuración de las cepas típica de los viñedos en llano de Monforte CARLOS RUEDA

Monforte era entonces un activo centro comercial en el que se levantaban 460 hogares. Pese a que el Catastro de Ensenada le asignaba 389 hectáreas de viñedo, la producción local de vino no llegaba para satisfacer la demanda en los lugares de venta de laicos y eclesiásticos. Eran otros municipios de la comarca los que contribuían a paliar ese déficit. A Pobra do Brollón, por ejemplo, tenía censadas entonces 143 hectáreas de viña en la ribera y zonas donde hoy apenas queda rastro de su cultivo. A Sober se le asignaban 250 hectáreas.

Una ampliación espoleada por la entrada de Portomarín y Paradela

Las polémicas declaraciones de José Manuel Rodríguez se produjeron después de que trascendiese una solicitud de Adegas O Castro para la incorporación de a Ribeira Sacra de cerca de cien hectáreas de viñedo plantadas en Pantón. Buena parte de esa superficie se ubica en lugares que se incorporaron a la denominación de origen tras el acuerdo al que llegó el pleno del consejo regulador en septiembre del 2009.

De ese municipio entraron, concretamente, las parroquias de Castillón, Deade, Ferreira, Pantón y Toldaos. El consejo regulador aceptó además el ingreso de Moreda y Seoane, en Monforte; y Canaval, Neiras, Proendos y Vilaescura, en Sober. Quedó pendiente, sin que se haya resuelto hasta la fecha, la incorporación a Ribeira Sacra de zonas de viñedos de los municipios ourensanos de Coles y Pereiro de Aguiar.

Vinculación con el Camino

En cuanto a Pantón, la primera solicitud de integración se produjo en el 2001, a raíz de la admisión de zonas de viñedo de Portomarín y Paradela. El consejo regulador justificó entonces esta última decisión porque suponía una forma de vincular la denominación de origen al Camino de Santiago.

En la actualidad hay una bodega inscrita en Portomarín y la superficie de viñedo acogido a Ribeira Sacra en ese municipio es de 6 hectáreas. En Paradela hay menos de media hectárea y ningún elaborador dado de alta en la denominación de origen.

La entrada de cinco nuevas parroquias de Pantón —que entonces sumaban en conjunto en torno a 30 hectáreas de viñedo plantadas— se debatió por vez primera en junio del 2005. En aquella ocasión la propuesta se rechazó por un voto de diferencia. Los vocales disconformes argumentaron que no se ajustaba a los criterios que se habían seguido hasta la fecha, que restringían la entrada de nuevas viñas a su ubicación en fuerte pendiente.