La verdadera importancia de los alimentos kilómetro 0
AGRICULTURA
Consumir este tipo de productos ayuda a reducir la huella de carbono, pero implica también otros muchos beneficios, como que fomenta la agricultura y la ganadería local
17 feb 2023 . Actualizado a las 10:39 h.Consumir alimentos ecológicos es mucho más que buscar en el supermercado aquellas frutas y verduras que luzcan el sello europeo que acredita que fueron cultivados sin utilizar productos químicos. Porque, aunque es bueno apostar por este tipo de agricultura que no daña el medio ambiente, también hay que tener en cuenta el lugar en el que han sido producidos esos alimentos y los métodos de transporte empleados para que llegaran al mercado. Por eso hace ya algún tiempo que los alimentos kilómetro cero están cobrando protagonismo. Nos referimos a aquellos que se comercializan en un radio de no más de cien kilómetros desde donde son producidos, evitando así un sinfín de emisiones de gases de efecto invernadero que provocaría su transporte a distancias mayores. Puede parecer que esa, la de no contaminar la atmósfera, sea su única ventaja. No es cierto. Está demostrado que consumir estos producto también ayuda a que tengamos una alimentación más equilibrada y saludable, además de que fomenta la instalación de nuevos agricultores y ganaderos para abastecer esos mercados.
La Unión Europea está empeñada en cambiar la forma de producir y de consumir los alimentos que existe actualmente en Europa. Por eso diseñó la estrategia De la granja a la mesa, que busca, sobre todo, reducir la huella medioambiental de los sistemas alimentarios, hacerlos más resilientes frente a crisis como la que supuso el coronavirus y seguir garantizando la disponibilidad de alimentos saludables y asequibles para toda la población, incluyendo a las generaciones futuras. Todos estos preceptos están incluidos también en la nueva Política Agraria Común 2023-2027, que prevé todo tipo de ayudas para que los agricultores y ganaderos aprendan a producir siendo más respetuosos con el medio ambiente.
Si los productores deben cambiar su mentalidad de trabajo para hacerla más respetuosa con el medio ambiente, también deben hacerlo los consumidores. Y ahí es donde entran en juego los alimentos de kilómetro cero que, en realidad, no son solo los que se producen cerca de donde se venden. Para que una fruta o una verdura pueda presumir de este título debe ser de temporada, es decir, que debido a su ciclo biológico se encuentre en el mejor momento del año para su consumo. Comamos grelos y verduras en enero y tomates en verano, por ejemplo. Otra característica que deben cumplir es que sean productos locales, recolectados y elaborados en las cercanías. Porque este tipo de alimentos también debe ser ecológicos, tanto en su proceso de producción como de transporte.
Aunque la principal ventaja de este tipo de alimentos es que ahorran la contaminación que produce su transporte, lo cierto es que tienen otros muchos beneficios para el que los consume y para el entorno en el que se cultivan. Como son ecológicos respetan y preservan el medio ambiente. Y como son degustados en su mejor momento, contribuyen a una alimentación más equilibrada y saludable, ya que al estar más frescos conservan íntegramente todos sus valores nutricionales.
Todavía hay más. Si empezamos a comprar en mercados locales estaremos fomentando la instalación de productores en las inmediaciones, sean estos ganaderos o agricultores. Prueba de ello es que, donde los comedores escolares empiezan a consumir producto local y ecológico, se instalan toda una serie de ganaderos y agricultores con el fin de abastecerlos. Pero es que, además, la adquisición de este tipo de alimentos contribuye a reducir el número de intermediarios y favorece un comercio más justo para los productores, que perciben mejores precios por su trabajo.
Plazas, mercados y tiendas locales son los mejores establecimientos para encontrar los alimentos de kilómetro cero pues, en ocasiones, son los propios productores los que acuden allí a venderlos. No hay mejor forma de presumir de una alimentación ecológica que consumiendo estos productos. Será nuestro granito de arena para combatir el cambio climático y contribuir a cambiar de verdad los sistemas alimentarios por otros más respetuosos con el medio ambiente.