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¿Como podemos saber que en Galicia hay 93 manadas de lobo ibérico?

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

AGRICULTURA

Un agente de Medio Ambiente toma muestras de heces para la elaboración del censo del lobo en Galicia
Un agente de Medio Ambiente toma muestras de heces para la elaboración del censo del lobo en Galicia Cedida

Luis Llaneza, experto en este animal que participó en la elaboración del censo del 2012 y en el que acaba de presentar la Consellería de Medio Ambiente, explica la metodología seguida para conocer el estado real de esta especie en la comunidad

02 may 2023 . Actualizado a las 14:11 h.

Censar a los grandes carnívoros es una tarea mucho más compleja de lo que se puede pensar. Lo sabe bien Luis Llaneza, doctor en Biología e investigador experto en lobo ibérico que lleva años dirigiendo y colaborando en trabajos sobre el este animal. «No podemos contarlos uno por uno porque son elusivos y su supervivencia se basa en pasar desapercibidos», cuenta. Por eso, en los años 90 se instauraron las bases de un sistema «que nos dice dónde hay lobo y que nos permite determinar cuántos efectivos hay», asegura. Ese mismo método es el que acaba de utilizar para elaborar el censo del lobo en Galicia, encargado por la Consellería de Medio Ambiente. Un documento que sostiene que en la comunidad conviven actualmente 93 manadas, aunque Llaneza está convencido de que, en realidad, son muchas más.

¿Cómo se puede saber donde hay lobos?

Lo primero que Llaneza quiere dejar claro es que esta no es una ciencia exacta, que permita determinar con un 100 % de seguridad dónde viven los lobos y cuántos son. Así que los investigadores comienzan su trabajo realizando recorridos y buscando indicios de su presencia, «no huellas, porque estas pueden ser de perros, pero sí excrementos y rascazos», asegura. Su equipo está preparado para distinguir las heces de un can de las de un lobo y también se ha formado en la materia a los guardas. Porque el lobo es un animal «tremendamente territorial» que utiliza los excrementos para marcar su territorio. Un trabajo realizado por Llaneza hace años permitió demostrar la relación existente entre una concentración de esos indicios y las probabilidades de que ahí haya una manada. Todos los resultados se cartografían para ver su concentración y, en los sitios donde hay muchos indicios, se establecen estaciones de escucha. Allí reclaman la presencia de los lobos y «si hay suerte y te contestan, entonces grabamos su respuesta para saber cuántos hay ahí», añade.

¿Solo con los aullidos se puede saber cuántos animales hay?

De nuevo, Llaneza recuerda que esta no es una ciencia exacta. Pero a finales de los 90 participó en un trabajo con la Universidad de Oviedo, donde diseñaron unas bases matemáticas que permiten determinar cuántos animales hay y la posibilidad de que haya cachorros escuchando los gravado en las estaciones de escucha. «Se analizan los fonogramas y nos da la probabilidad de que haya cachorros», cuenta. Sin embargo, en ocasiones, esta prueba no es concluyente. «Podemos tener indicios de que hay lobo y no escucharlos», explica. Es entonces cuando se utiliza el fototrampeo, para tratar de conseguir alguna imagen de los animales. Indicios, escuchas y fototrampeo «son las tres herramientas básicas para elaborar el censo del lobo y las mismas que se utilizaron en el año 2012, en el censo que hizo entonces el ministerio», asegura. Lo único que ha cambiado, «es que sus resultados se fueron mejorando por la incorporación de nuevas estadísticas», añade.

¿Cómo se hizo el censo en Galicia?

Pues de la misma forma que el del 2012, asegura Llaneza. Primero se le dio un curso a los agentes de Medio Ambiente que iban a participar en este trabajo, en el que se les explicó en detalle cómo realizar los muestreos y cómo recoger todos los datos en fichas. Participaron, en total, 141 profesionales, además de cuatro técnicos del equipo de Llaneza, que realizaron 3.348 recorridos por 13.781 kilómetros. Toda la información que recogieron fue analizada por los expertos, que sugirieron las zonas en las que, entre agosto y octubre, se establecieron las estaciones de escucha. De nuevo esos datos fueron analizados y se determinó donde hacer fototrampeo. «Hicimos un esfuerzo muy grande y, al final, no hubiera hecho falta tanto», asegura este experto. De hecho, se decidió continuar el estudio en el 2022 para reevaluar de nuevo 17 zonas donde los datos no estaban muy claros.

¿Cuáles son las conclusiones?

Todos los recorridos se digitalizaron, «prácticamente no quedó rincón que no hayamos muestreado», sostiene. Y con el conjunto de todos los puntos donde se encontraron indicios, «se diseñó el mapa de distribución», cuenta Llaneza. De nuevo, los resultados son fruto de la interpretación y, por ejemplo, «en recorridos donde no encontramos indicios no equivale a una ausencia real», explica. Así se concluyó que el lobo está presente en el 91 % del territorio gallego, dejando solo libre algunas zonas de la costa de Lugo, el cinturón industrial de Ferrol y A Coruña y el sureste dela provincia de Pontevedra. Posteriormente, con esos datos en la mano, se determinó que en la comunidad existen 93 manadas. «Eso significa que hay una estabilidad bastante marcada en las poblaciones de lobo y que, probablemente, hay más de los que pensamos. Es estadística, pero no hay otra forma de conocer estos datos», concluye este experto en lobo ibérico.

Un animal que ha conseguido adaptarse al híperhumanizado paisaje gallego

Para Llaneza, la presencia del lobo en Galicia presenta algunas peculiaridades con respecto a otras regiones españolas. Lo primero que hay que tener en cuenta es que el paisaje gallego está híperhumanizado. Pero esto no ha supuesto un impedimento para el desarrollo de la especie, todo lo contrario. «Los lobos en Galicia viven en un contexto humanizado y tienen sus peculiaridades. Se han adaptado a lo que tienen», asegura. De hecho, considera que durante muchos años fueron los equinos los que mantuvieron a estas poblaciones, algo que ahora hace el ganado.

«En paisajes humanizados, la presencia del lobo se explica por el ganado», añade. Y eso se confirma al estudiar su alimentación. «Cuando hicimos el censo del 2012 estudiamos más de 3000 excrementos y, en la mitad occidental de Galicia, su principal fuente de alimentación era el ganado. En la mitad oriental, en cambio, eran los ungulados silvestres», sostiene. El censo también deja claro que el lobo predomina, sobre todo, en el norte de las provincias de Lugo y A Coruña y en el sur de la de Ourense, también en la Costa da Morte, en la Serra de Outes y en el oriente de las provincias de Lugo y Ourense. De todas las manadas detectadas, nueve son compartidas con Asturias y otras once con Castilla y León y el norte de Portugal.

Llarena reconoce que la muerte ilegal es la principal amenaza para este especie, pero también tiene claro que la tendencia en las poblaciones de grandes carnívoros es de crecimiento. «Hubo cambios en el paisaje, en las leyes y en la actitud de los humanos. Los grandes carnívoros se están recuperando en Europa y el reto ahora es cómo vamos a poder convivir con ellos», sostiene. Estos datos serán presentados por Medio Ambiente en su próxima reunión con el ministerio.