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Lo que cuesta producir un kilo de uva: 1,35 euros en Rías Baixas y 0,57 de Monterrei

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

AGRICULTURA

Martina Miser

Un informe de la Organización Interprofesional del Vino de España corrobora que Galicia es una de las regiones más caras de España para cultivar el viñedo

18 sep 2022 . Actualizado a las 14:35 h.

Averiguar de forma realista el coste que tiene producir un kilo de uva en las diferentes regiones vitícolas de España es uno de los objetivos que se ha marcado la Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE). Esta entidad viene trabajando desde hace años en buscar el sistema más adecuado para calcular estos costes y que estos puedan servir de referencia, por ejemplo, a la hora de fijar el precio de la uva en la vendimia. Primero desarrolló la metodología que se debería aplicar para realizar este cálculo, posteriormente confeccionó estimaciones por comunidades autónomas y, ahora, acaba de presentar un nuevo documento en el que estima el coste de producir un kilo de uva en 49 denominaciones de origen españolas, entre ellas, varias gallegas. Los resultados corroboran que Galicia es una de las regiones más caras para producir la uva.

El nuevo estudio de la OIVE viene a confirmar lo que ya avanzaba el primero de ellos, que la uva gallega está entre las más caras de España. En aquel primer documento, se afirmaba que producir un kilo de esta fruta en Galicia tenía un coste de 0,94 céntimos, la misma cifra que el País Vasco, pero muy alejada de la media española, que se situaba en los 50 céntimos. Ahora, este nuevo documento realiza una estimación por denominaciones de origen y, de nuevo, las gallegas están a la cabeza de la lista. Porque en las cuatro regiones vitícolas que aparecen en el documento, el coste de producir un kilo de uva es superior a la media española, que se sitúa en los 48 céntimos de euro.

Según el trabajo de la Interprofesional, la uva más cara de España se produce en las regiones agrupadas de Gran Canaria y La Palma, con 2,4 euros por kilo, y en Tenerife, con 1,7 euros. La tercera región más cara de España es Rías Baixas, donde producir un kilo de albariño ronda los 1,354 euros por kilo. Le sigue la Ribeira Sacra, donde los costes de producción se sitúan en 1,260 euros por kilo. Sobre estas dos denominaciones gallegas hace el documento algunas observaciones. Porque una de las muestras tomada en tierras del albariño no es de cultivo en parral, sino en espaldera, y tiene unos costes totales mucho más altos que las otras muestras de esta misma denominación de origen. El documento concluye así que esas diferentes formas de cultivo, unidas a los elevados costes que presentan estas plantaciones, producen una alta variabilidad en los costes de producción. En cuanto a la Ribeira Sacra, el documento explica que solo se ha conseguido una muestra para realizar el estudio. Por estos motivos, estas dos denominaciones queden al margen de algunos apartados de la investigación.

Otras denominaciones

No sucede lo mismo con Valdeorras y Monterrei, las otras dos denominaciones gallegas presentes en este documento. Ambas se sitúan también entre las más caras de España para producir uva. En la primera, los costes se fijan en 0,71 euros por kilo, mientras que en la segunda son de 0,57 euros. Pero es que, además, en este caso, se han calculado los costes totales de producir uva. En Valdeorras esta cifra se sitúa en los 6.433 euros por hectárea, siendo la región española más cara. Y le sigue Monterrei, con unos costes de 6.154 euros por hectárea. Ambas cifras están muy por encima de la media española, que es de 3.308 euros por hectárea.

Explican en la OIVE que para elaborar este estudio se han recogido datos de 200 parcelas de viña y encuestando a viticultores elegidos por su representatividad, profesionalidad y disponibilidad para colaborar. La recopilación de datos se realizó mediante entrevistas personales que se hicieron entre julio del 2021 y enero del 2022. Una de las principales conclusiones del trabajo es que se detecta una gran variabilidad entre los costes de producción de las diferentes zonas productivas así como entre sistemas de conducción y cultivo. Aún así, el documento ha tenido en cuenta y dejado de lado los casos más singulares, para no distorsionar los resultados finales.