Patrocinado porPatrocinado por

El godello, la uva de moda y la que más sufre la ola de calor en la Ribeira Sacra

Luis Díaz
luis diaz MONFORTE / LA VOZ

AGRICULTURA

Una de las visitantes cata un vino blanco en el Festival da Ribeira Sacra
Una de las visitantes cata un vino blanco en el Festival da Ribeira Sacra ALBERTO LOPEZ

La producción aún es escasa y contrasta con la alta demanda de vinos blancos

24 jul 2022 . Actualizado a las 22:38 h.

«¡Aquí no piden más que blanco!». A César Enríquez casi no le dejaban tiempo de enfriar las botellas de godello en la jornada inaugural del último Festival do Viño da Ribeira Sacra. El calor había apretado esa tarde en el arranque de julio en Monforte. En el puesto de Adega Cachín el personal tenía claras sus preferencias: lo suyo era un blanco fresquito. Los tintos, opina por su parte Ramón Marcos Fernández, de Adega Cruceiro, son cada vez más «para os bebedores de viño de toda a vida». Si los clientes son grupos de paladares más heterogéneos o nuevos consumidores, apunta este bodeguero de Amandi, «véndese moito máis branco».

Ribeira Sacra, desde esta perspectiva, nadaría contra la corriente del mercado por la excesiva dependencia de los tintos. Los datos publicados en la web del consejo regulador sobre la disponibilidad de uva blanca son elocuentes. En la campaña del 2021, última de la que se incorporaron datos, la cosecha en el conjunto de la denominación de origen fue de 5.774.789 kilos, de los que 766.423 correspondían a variedades blancas. De la tinta mencía entraron en las bodegas ese año 5.230.315 kilos. De godello, la uva blanca más cultivada en las cinco subzonas, no llegaron a 600.000 los kilos de uva recolectados entonces.

Muy cerca de la caseta de Adega Cachín, el italiano Roberto Flammini ofrecía degustaciones de los vinos de su bodega, Alma das Donas. En el 2018 adquirió esta «rara avis» de Ribeira Sacra, cuyo prestigio se había cimentado en los blancos de godello. Flammini, sin embargo, relativiza el impacto del bum más reciente de este tipo de vinos. «Estamos en una época de calor y bajan mejor los blancos», comenta. A su lado, Víctor Manuel Rodríguez, de la bodega Val da Lenda, coincide con ese diagnóstico. «O tirón dos brancos no verán non é de agora, pasou sempre», sostiene.

Creciente diversificación

Lo que es más novedoso es el afán de las bodegas de Ribeira Sacra por diversificar su catálogo de marcas. No solo con tintos de finca o con crianzas más o menos prolongadas en madera, sino también con diferentes tipos de blancos y vinos rosados. Rectoral de Gundivós estrenó este año un rosado de la variedad merenzao en la Feira do Viño de Amandi, con tanto éxito que se restringieron las ventas para evitar que la mayor parte se acabase ese fin de semana.

Para el enólogo Julio Ponce, asesor de varias bodegas en Ribeira Sacra, son perfiles que no se deben perder de vista por su atractivo «para el que se inicia en el consumo de vinos». La pregunta del millón es si la demanda y la rentabilidad de ese tipo de vinos de escasa tirada se mantendría con producciones que vayan más allá de lo anecdótico. El Festival do Viño da Ribeira Sacra de Monforte no solo fue un escaparate del momento que atraviesa la denominación de origen. De puertas adentro, las conversaciones entre los bodegueros participantes apuntaban también a las estrategias de futuro que antes o después habrá que encarar.

Evaristo Rodríguez, gerente de Abadía da Cova, cree que hay margen para crecer fuera del estereotipo del tinto joven de mencía. «Hoy se venden mejor las gamas altas y el blanco. El mercado de Galicia está muy saturado y fuera es difícil competir en tinto joven con nuestros precios», explica. Variedades blancas y tintas autóctonas hasta ahora minoritarias tendrán, según avanza, un protagonismo destacado en los nuevos viñedos de la bodega de la familia Moure.

El grupo de desarrollo rural que administra los fondos europeos del programa Leader no es ajeno al debate. Recientemente, reunió en Quiroga a expertos de toda España para abordar el potencial de Ribeira Sacra para la elaboración de vinos blancos. «Fuimos de cabeza a por los tintos», resume Ángel Fernández, socio de la bodega Don Bernardino. La apuesta de Ribeira Sacra por los mencías jóvenes supuso un acierto en el arranque de la denominación de origen. Huérfano de ese tipo de vinos, el mercado gallego los demandaba con avidez. Pero Valdeorras y Bierzo se cargaron pronto las pilas, y Monterrei gana terreno con costes de producción muy inferiores en el viñedo.

En el «Financial Times»

Pequeños y grandes dejaron de jugárselo todo a una sola baza en Ribeira Sacra. Rectoral de Amandi ya elabora tintos de crianza y amplió catálogo con un godello que ha convertido en más codiciada si cabe la escasa producción disponible de esa uva. «¿Difícil conseguir uva de godello? No es que sea difícil, es que no la hay», dice Antonio Lombardía, de la bodega Pazo da Maga. Allí se elabora el godello al que aludía el ministro de Agricultura en su reciente visita a Monforte, cuando manifestó su orgullo por encontrar vinos de Ribera Sacra referenciados en el Financial Times. Pazo da Maga se comercializa por cupos para que ningún cliente se quede sin nada. Antes de atender la llamada de este diario, el bodeguero acaba de informare a su distribuidor londinense que no hay una triste botella disponible para exportar.

El godello no lleva nada bien la ola de calor. Los viticultores deben tomar precauciones en las viñas para evitar que la uva se pase. Las laderas en bancales en las que madura a gusto la mencía no le sientan tan bien a esta variedad blanca. Falta tierra para que las cepas profundicen en busca de frescura, a diferencia de lo que sucede en laderas más suaves de la ribera del Cabe o zonas de Saviñao o Chantada que están quedando abandonadas. Quizás convendría delimitar los pagos más adecuados para el cultivo de cada variedad. «La climatología —vaticina Lombardía— acabará haciendo ese trabajo».