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La fruticultura, otra alternativa de futuro para el campo

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AGRICULTURA

MARTINA MISER

El sector hortofrutícola podría optar a fondos de la reserva nacional con la nueva PAC

28 jun 2022 . Actualizado a las 17:59 h.

España tenía en el 2017, según los datos del Ministerio de Agricultura, en torno a unas 462.825 hectáreas de terreno ocupadas por árboles frutales en producción. De ellas, solo 9.491 estaban dedicadas a la fruta no comercial para autoconsumo. El resto acaban en las fruterías o supermercados de toda Europa. Hasta ahora esos cultivos habían quedado al margen de las ayudas directas de la política agraria común (PAC), pero el año pasado la directora general de Producciones y Mercados Agrarios, Esperanza Orellana, avanzó en una conferencia impartida en Fruit Forum 3 de Fruit Attraction que la nueva PAC podría contar con una partida dedicada al sector hortofrutícola. La idea que tenía entonces el departamento que dirige Luis Planas era que las frutas y hortalizas pudieran optar a fondos de la reserva nacional. El asunto lo explica Javier Iglesias, de Unións Agrarias: Hasta ahora los árboles frutales «non tiñan axudas directas, tíñanas a través das organizacións de productores de frutas e hortalizas. Á espera da aprobación do novo plan estratéxico nacional, coa nova PAC poderían acceder por asignación da reserva nacional».

La cuestión es que más allá de las zonas donde el sector de los árboles frutales tiene un peso consolidado como toda la zona del Mediterráneo, con los cítricos; Aragón y Cataluña, con las manzanas o las peras; Andalucía, con el olivar, la fruta de hueso o los frutos rojos en la zona de Huelva; Castilla, con los almendros, o Galicia con sus plantaciones de kiwis del sur o de arándanos y frambuesas que ya no aguantan el calor andaluz, el cultivo de árboles frutales puede ser otra de las alternativas para los que quieran emprender en el campo.

El problema es que no basta con plantar nuevos cultivos frutícolas porque, como explica el investigador del Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM), Xosé Antonio Meixide, la hortofruticultura es una ciencia y requiere de planificación, investigación, formación... «Hai que ver que haxa mercado, investigar, ver que se cumplan unhas determinadas condicións climáticas que favorezan a producción, planificar as plantacións acorde ás demandas que van a ter os froitos.... e chegar ao mercado», indica además.

Conocer las características climáticas o las condiciones del suelo en el que se va a implantar un determinado cultivo resulta fundamental a la hora de planificar una plantación de frutales. Basta con ver el mosaico de cultivos que se extiende por todo el Estado para comprender de lo que está hablando.

En el caso concreto de Galicia, como explica Meixide, «a diversidade de froitos é moi elevada e as opcións para plantar son moitas en función das zonas. O que acontece é que dende o punto de vista económico, esta actividade queda diluida na meirande parte dos casos en medio doutros sectores con maior peso dentro da economía galega como pode ser o lácteo, o cárnico, o forestal...».

Pero hay que tener en cuenta, como añade, que las «condicións agroclimáticas da maior parte de Galicia, coas súas características climáticas suaves e templadas, fan que a comunidade galega sexa hoxe en día un referente nas posibilidades da fruticultura española con cultivos de alta calidade».

Con todo, para los que quieran emprender en este campo hay muchas opciones. Como apunta el presidente de Afrugal, Francisco Otero, entre los frutales que en estos momentos cuentan con más salida en el mercado están la manzana de sidra o el kiwi, en Galicia, una comunidad donde también están emergiendo los cultivos de frutos rojos como arándano, frambuesa o mora que ya no aguantan el calor de Andalucía, una comunidad con gran tradición en estos. «Los árboles que dan fruta de hueso tienen ya que estar más localizados. Por ejemplo, en la cuenca de los ríos se da bien el melocotón, la cereza o la pavía», explica.

A nivel estatal también describe las áreas de producción por excelencia de manzana y pera, que están en Aragón y Cataluña; la fruta de hueso, en Andalucía...