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El consumo moderado de vino previene la «tripita»

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

AGRICULTURA

Martina Miser

Un estudio sobre obesidad y alcohol, realizado en el Reino Unido, destaca que no todas las bebidas alcohólicas están asociadas con niveles elevados de grasa en el abdomen

28 jun 2022 . Actualizado a las 16:24 h.

Ya no se podrá culpar al vino de la tripita de la felicidad, esa que muchos atribuían al consumo de bebidas alcohólicas. Un estudio elaborado en el Reino Unido, y hecho público por la Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición (Fivin), ha descubierto que el consumo moderado de este producto, comparado con el de otras bebidas, está relacionado con un menor tejido adiposo visceral, es decir, con la grasa localizada en la región profunda del abdomen. Porque una de las conclusiones de la investigación es que no todas las bebidas están asociadas con niveles elevados de grasa en el abdomen.  

Fivin es una entidad sin ánimo de lucro dedicada a la investigación de los efectos beneficiosos del consumo moderado de vino sobre la salud. Informar sobre las publicaciones científicas que se editan a este respecto, dentro y fuera de España, es así una de sus tareas. En esta ocasión, la federación se ha hecho eco de una publicación de la revista internacional Obesity Sciencie & Practicas del pasado mes de febrero. En el artículo se recogen los resultados de un trabajo que investigó la relación entre el alcohol y la obesidad a partir de una cohorte prospectiva del Biobanco del Reino Unido, donde se seleccionaron los datos de referencia de 1.869 personas, de 40 a 80 años de edad y de todo el país. 

La investigación advierte de que no todas las bebidas están relacionadas con niveles de grasa en el abdomen. Y diferencia al vino de otras bebidas, señalando que su consumo de forma moderada no muestra esa asociación con la grasa dañina. Es más, concluye que incluso podría tener un efecto protector frente a ella, dependiendo del tipo de vino consumido.

El estudio ha sido realizado por un equipo de investigación internacional y coordinado por Brittany Larsen, profesora asociada de neurociencia en la Universidad Estatal de Iowa. Larsen y su equipo han demostrado que consumir vino tinto podría no conducir a la misma acumulación dañina de grasas que otras bebidas. De hecho, insisten en Fivin, los investigadores lo relacionan con índices más bajos y cierta protección frente a la misma.