Patrocinado porPatrocinado por

Acento gallego en la inauguración de la bodega del futbolista David Silva

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

AGRICULTURA

De izquierda a derecha, David Silva con Pedro Rodríguez (Adega Guímaro) y Rodrigo Méndez (Forjas del Salnés)
De izquierda a derecha, David Silva con Pedro Rodríguez (Adega Guímaro) y Rodrigo Méndez (Forjas del Salnés) CEDIDA

Bodegueros de Ribeira Sacra, Rías Baixas, Ribeiro y Valdeorras participaron como invitados en una cata de vinos singulares

10 jun 2022 . Actualizado a las 09:30 h.

No es habitual que la inauguración de una bodega a tantos kilómetros de distancia reúna a una representación tan numerosa del mundo del vino gallego. Sucedió el pasado fin de semana en Gran Canaria, con el futbolista David Silva como anfitrión. Silva elige su tierra natal como escenario de una prometedora aventura vitivinícola, cuya presentación en sociedad reunió a 450 invitados en el municipio isleño de San Bartolomé de Tirajana. Ribeira Sacra, uno de los lugares en los que buscó inspiración para su proyecto, estuvo representada por el bodeguero Pedro Rodríguez, de Adega Guímaro.

David Silva viajó en mayo del pasado año a varias zonas vitícolas de Galicia. De Rías Baixas escogió las bodegas de Rodrigo Méndez (Forjas del Salnés) y Eulogio Pomares (Zárate). La parada en Ribeira Sacra fue para visitar a Pedro Rodríguez. Los tres llevaron sus vinos  a la selecta muestra que se organizó con motivo de la inauguración de Bodega Tamerán, el proyecto impulsado por David Silva con el asesoramiento vitícola y enológico de Jonatan García Lima, propietario de la bodega tinerfeña Suertes del Marqués.

También acudieron como invitados el bodeguero de Valdeorras Rafael Palacios, merecedor de los primeros cien puntos de Parker a un vino gallego; Pepe Pereiro, de Viñedos do Gabián (Ribeiro); y Óscar Cidanes y Marcial Dorado con su proyecto de Arbo Destinos Cruzados.

Pedro Rodríguez ejerció de guía del futbolista canario, el pasado año, en un intenso recorrido por los viñedos en bancales de la Ribeira Sacra. Madurado en viajes por regiones vitícolas de dentro y fuera de España, el proyecto de Silva en Gran Canaria tiene cierto paralelismo con la viticultura extrema. Sus ocho hectáreas de viñedo —la finca de la bodega tiene cien hectáreas— están en una zona de montaña situada a 700 metros de altitud. En la elaboración de los vinos, por otro lado, solo se emplean variedades tradicionales como baboso blanco, verdello o marmajuelo.

Muy buen catador

«David [Silva] es un enamorado del vino. Hila muy fino en la cata y en la bodega es un perfeccionista. No busca grandes volúmenes, sino vinos expresivos del lugar donde se elaboran», dice Pedro Rodríguez. En la inauguración de Bodega Tamerán coincidió con el sumiller del restaurante en el que Adega Guímaro mueve más vino en Londres. Aunque la producción de la bodega de David Silva todavía es reducida —sobre 13.000 botellas de vinos blancos co precios de entre 20 y 30 euros—, el proyecto nace con vocación internacional y a su puesta de largo acudieron como invitados importadores y prescriptores de varios países, especialmente de Estados Unidos.

De Galicia no solo viajaron a Gran Canaria los bodegueros con los que Silva tiene más sintonía. También participaron en la inauguración un nutrido grupo de sumilleres, entre los que se encontraban Miguel Anxo Besada (A Curva), Ismael López (Casa Solla), Eduardo Camiña (Lagüiña) o Elisabet Castro (Mesón do Campo). «Hay una foto con un montón de gente de Galicia, todos del sector», apunta al otro lado del teléfono Jonatan García Lima. Desde que se conocieron, lleva su bodega al tiempo que asesora el proyecto que impulsa en solitario David Silva.

Foto de grupo de la representación gallega en la inauguración de la bodega
Foto de grupo de la representación gallega en la inauguración de la bodega

Ambos trabaron amistad a raíz de la elevada puntuación que obtuvo en el boletín de Robert Parker uno de los vinos de Suertes del Marqués. «Me escribió a través de las redes para felicitarme. Nos hicimos amigos y surgió la idea de hacer algo juntos. Gran Canaria es un reto porque, a diferencia de otras zonas de las islas, aún no se asocia a vinos de calidad», explica el propietario de la bodega tinerfeña.

A Silva se le pudo ver como participante en un reciente concurso de cata por equipos celebrado en Jerez. Sus allegados dicen que es la antítesis del famoso que asocia su nombre a un vino solo por el reclamo comercial. «Lee mucho sobre vinos y sabe catar. Quiere saber todo de la bodega y la viña. El conocimiento que ha adquirido en estos tres últimos años es impresionante. Está más metido en este mundo que bodegueros de sesenta años», comenta García Lima.