Patrocinado porPatrocinado por

Estos «posmillennials» se labran un futuro en Teo, entre huertos y fogones

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

AGRICULTURA

Nerea y Joaquín están en su tercera semana de formación en las instalaciones de Fogar do Santiso.
Nerea y Joaquín están en su tercera semana de formación en las instalaciones de Fogar do Santiso. XOÁN A. SOLER

Nerea y Joaquín son dos de los jóvenes sin empleo que se forman en Fogar do Santiso

03 may 2022 . Actualizado a las 18:08 h.

Son nativos digitales. Han crecido entre pantallas y han visto cómo dos crisis económicas minaban sus perspectivas de futuro. Nerea Castro y Joaquín Piñeiro son dos de esos posmillennials que no dan la batalla del empleo por perdida. De hecho, desde el pasado mes se labran un futuro en Teo, entre huertos y fogones, en un terreno en el que se sienten principiantes, pero que está siendo muy estimulante para ambos. Forman parte de un grupo de unos quince jóvenes, de entre 16 y 30 años, que aprenden en Fogar do Santiso tanto agricultura ecológica como servicio en sala, restauración y transformación de alimentos, dentro de una iniciativa impulsada en colaboración con Deloa y la Escuela de Organización Industrial para fomentar la empleabilidad y frenar el éxodo rural.

Nerea vive muy cerca del restaurante con huertas ecológicas de Trasellas (Luou). Ella es de A Ramallosa y cuenta que en enero aparcó los estudios: «Bachillerato no está hecho para todo el mundo y yo no hice bien al elegirlo. Estaba desmotivada y necesitaba salir de la burbuja en la que estaba metida. No quería salir ni hacer vida social. Empecé a ir una psicóloga y ella fue quien me animó a participar en esta formación, porque le dije que yo quería probar el mundo laboral». La teense dice que el primer problema que se encontró es «que te piden, mínimo, un año de experiencia» y asegura en su tercera semana de prácticas en el centro sostenible que la experiencia le está sirviendo para «descubrir qué quiero hacer y seguir formándome en lo que a mí me gusta. Esta es una oportunidad que deberían tener todos los jóvenes, porque no es lo mismo querer trabajar de algo que vivirlo. Por ahora, me está gustando todo lo que hemos hecho. La panadería y la cocina se me dan muy bien, e innovar es algo que me gusta. Pero el servicio en sala es lo que más me atrae, por trabajar de cara al público y relacionarme con más personas. La última semana estaré en las huertas y es algo que también me llama la atención, aunque nunca lo probé. Mi único acercamiento al mundo agrícola fue en casa de mis abuelos, echándoles una mano si plantaban tomates, patatas... pero nunca seguí todo el proceso, ni sé cuando o cómo plantar cada cosa.

En la misma tesitura estaba Joaquín, un pontevedrés de 23 años con poca experiencia en el campo. Trabajando en la plantación de puerros de Teo «aprendí un montón de cosas interesantes: sobre agricultura ecológica, riego, sistemas para enderezar la planta...», señala. Él llevaba un año y medio buscando empleo y, aunque dispone de vehículo propio e hizo un grado medio de carpintería, le pedían como requisitos un título o tener experiencia. «Me seleccionaron para esta formación en Fogar do Santiso, donde me gustaría acabar trabajando. Para mí está siendo una experiencia de 10. Me está encantando todo lo que nos enseñan y el trato con el personal es excelente. No nos meten presión, aprendes a tu ritmo y se preocupan un montón por que estemos bien. Son muy atentos y tienen una filosofía innovadora sobre la economía circular. Además, el sitio me ha sorprendido mucho. No me esperaba que fuera tan bonito y tiene ese toque mágico, tanto el huerto como el restaurante, en los que te sientes como en casa».

Con diez hectáreas de huertas ecológicas, además de un centro de transformación y restauración con residuo cero, Jose Santiso explica que «queremos pechar círculos». «Nós aportamos os espazos, as infrestruturas e os equipamentos para a aprendizaxe. Estamos felices de crear redes de colaboración con Deloa, a Escola de Organización Industrial e con rapaces e rapazas que buscan un emprego digno no rural», añade el copropietario del grupo hostelero