60 años de PAC: De las montañas de mantequilla y los lagos de vino a la apuesta por el verde

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AGRICULTURA

La PAC promueve la recuperación de razas autóctonas como las vacas vienesas que en la imagen se ven pastando en un prado de la Costa da Morte
La PAC promueve la recuperación de razas autóctonas como las vacas vienesas que en la imagen se ven pastando en un prado de la Costa da Morte ANA GARCIA

A lo largo de su historia, la política agraria común que está de cumpleaños ha ido cambiando sus prioridades acorde a los nuevos retos medioambientales

26 abr 2022 . Actualizado a las 19:24 h.

Hubo un tiempo en los ochenta en que el nivel de producción de alimentos dentro de los países que entonces componían la UE era tal que comenzó a hablarse de las montañas de mantequilla o los lagos de vino que formaban los excedentes de producción que emanaban de las granjas de toda Europa. Muchos de aquellos alimentos fueron comercializados a precios de risa e incluso llegaron a tirarse. Ese exceso de producción era fruto del éxito de las normas de protección de los mercados derivadas de la aplicación de la política agraria común (PAC), una hoja de ruta que se marcaron en 1962 la media docena de países que entonces componían la Comunidad Económica Europea (Alemania, Francia, Italia, los Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo) con el objetivo de aumentar la productividad de unas tierras agrarias que habían quedado devastadas tras la II Guerra Mundial. Lo que pretendían era garantizar la soberanía alimentaria y un salario para agricultores o ganaderos equivalente al de otros sectores.

Las montañas de mantequilla y los lagos de vino eran la prueba de que los campos de Europa volvían a ser fértiles, pero tenían como contrapartida el negativo impacto en las rentas de los agricultores. De ahí que condujeran en 1984 a la puesta en marcha de un modelo de cuotas para productos como la leche con el fin de limitar la sobreproducción. Cada productor recibiría una cuota y debería pagar una multa en caso de sobrepasarla.

El modelo, que tantos quebraderos de cabeza trajo a los productores lácteos españoles que en su día declararon menos producción de la que realmente tenían, estuvo en vigor hasta el 2015.

Pero el cambio de 1984 fue solo uno de los muchos que se han producido a lo largo de la historia de la PAC, una de las políticas más antiguas de la UE que ahora cumple 60 años. De hecho, son muchas las cosas que han cambiado a lo largo de ese tiempo, pero sobre todo el enfoque y las prioridades de una política que nació para proteger los mercados agrícolas garantizando unas rentas mínimas para que los agricultores no abandonaran el campo, pero que ahora se centra en lograr una política agraria más justa, más verde y más orientada a resultados.

La nueva PAC, por ejemplo, tiene un enfoque mucho más ambiental que las anteriores. De hecho, condiciona parte de sus fondos al cumplimiento de una serie de prácticas beneficiosas con el medio ambiente como son los ecoesquemas. Además, da autonomía a los estados miembros para elaborar planes estratégicos acordes a las características del sector en cada estado. No quiere decir esto que obvie el carácter común de una política que concentra una gran tajada de fondos comunitarios.

La preocupación por el cambio climático, que centra la nueva PAC, comenzó ya en el 2000. Fue entonces cuando los países miembros comenzaron a pensar que ya no solo bastaba con garantizar la producción de alimentos, había que cuidar el planeta, avanzar en materias como el bienestar animal, la seguridad alimentaria o el uso sostenible de los recursos naturales. De ahí que en el 2013 se produjo una reforma enfocada a la ecologización de los pagos, una distribución más equitativa de las ayudas, dar un apoyo adicional a las explotaciones de menor tamaño o otorgar un amplio abanico de incentivos a los jóvenes que se incorporen a la actividad agraria para garantizar el relevo generacional. Además, dio mayor impulso a los proyectos de desarrollo rural.

Precisamente fue en la Agenda 2000, después de 40 años de funcionamiento, cuando se puso en marcha el segundo pilar de la PAC dedicado a fomentar el desarrollo de áreas rurales. Lo que se pretendía era mejorar la competitividad agrícola dando fuentes alternativas de ingresos a la gente de zonas rurales, fomentado a su vez la cohesión social en esas áreas.

De todas formas, hay que remontarse a 1992 para hablar de la primera gran reforma de la PAC. Fue lo que se conoce como Reformas MacSharry por medio de la que se pasó de apoyar al mercado a apoyar a las rentas del agricultor de un modo directo. Pero también fue ahí cuando se incluyeron nuevas obligaciones para los agricultores como el cuidado del medio ambiente o ayudas para aquellos que mejoraran la calidad de los alimentos que ellos producían. Por primera vez los pagos directos fueron concedidos en función del número de hectáreas cultivas o de las cabezas de ganado.

Antes de eso, antes también el establecimiento de las cuotas productivas, hubo otra modificación. Fue en 1970, cuando comenzó a recuperarse la producción de alimentos. Fue entonces cuando el comisario europeo de Agricultora de la época propuso un plan de modernización a gran escala del sector agrícola que pretendía mejorar el nivel de vida de los agricultores. Era el Plan Mansholt que pretendía optimizar el área de tierra bajo cultivo, además de unir granjas para crear explotaciones más grandes.

Después de este repaso rápido por la historia de la PAC solo hay que pensar en que continúa resultando fundamental para proteger el medio ambiente, mejorar la calidad de vida en el medio rural, promover el bienestar animal y garantizar la seguridad y soberanía alimentaria