Los agricultores auguran una «campaña fastidiada» en el caso de no poder repercutir en el producto la subida del gasóleo y los abonos
18 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Es domingo de Pascua. Eloy Manso está en el campo. «A terra non descansa», dice este joven agricultor de A Limia que, como ella, tampoco se ha echado a dormir. Ha tomado el volante del tractor para arar sus fincas. Prepara el terreno para comenzar a sembrar las patatas. Él es uno de los socios de Agrimanso S.C., una sociedad formada por una familia de productores de Xinzo que lleva más de treinta años sembrando patatas y cereal. Tiene unas 70 hectáreas de terreno listas para producir.
Algunos productores, los que tienen sus terrenos en zonas más secas, han comenzado ya a plantar variedades tempranas como la kennebec. Otras como la agria comenzarán a echarse en unos días. Los últimos en plantar, probablemente, sean los que tienen sus tierras en la zona de A Lagoa porque como dice la presidenta de la Asociación de Empresarios, Gandeiros e Agricultores de A Limia (Adegal), Maite Joga, «ao ser unha zona máis húmida pode haber máis risco de que se dañen os cultivos no caso de que chova».
El ritmo de trabajo en los campos de A Limia en este inicio de la campaña avanza con normalidad, pero no deja de sobrevolarlos una incertidumbre provocada por la subida del gasóleo y los fertilizantes: «A campaña preséntase fastidiada. Os abonos triplicaron o precio, o combustible máis que duplicou e este ano os costes de produción disparáronse. Entonces está todo o mundo con medo porque de non poder traspasalo ao producto final estaríamos con pérdidas», explica a pie de campo Eloy Manso.
Precisamente el incremento de los costes de producción es lo que ha llevado a que algunos agricultores de Castilla y León estén planteándose reducir la superficie plantada de patata en favor de la de cereal, según informa el portal especializado Agroinformación. Lo que alegan es que los costes de producción han subido entre 6 y 8 céntimos por kilo, pero no saben cómo lo repercutirán las empresas transformadoras en los contratos. En A Limia, dice Manso,hay quien parece que también empieza a planteárselo, aunque ellos van a continuar cosechando lo mismo que años anteriores.
Desde Adegal estiman que, de momento, la superficie dedicada a la patata y al trigo va a mantenerse en la misma línea que otros años: «Non hai cambios con respecto a outros anos, polo menos por agora», explica Maite Joga. Habrá que ver qué pasa cuando empiece la parte fuerte de la campaña.