Patrocinado porPatrocinado por

El vino gallego ¿industrial o artesano? ¿con denominación o sin ella?

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

AGRICULTURA

XOAN A. SOLER

Revera Vinum, el encuentro del vino que ayer cerró sus puertas en Santiago, acogió un debate sobre cómo debe ser el futuro del sector en la comunidad en el que participaron enólogos, viticultores, bodegas, consellos reguladores y sumilleres

25 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Adivinar por dónde debe ir el futuro del vino gallego fue la misión con la que Revera Vinum, el primer encuentro del vino que celebra Santiago, reunió en su última jornada a dos sumilleres —Eva Pizarro y Guillermo Cruz—, un viticultor y un enólogo —Alberto Nanclares y Xosé Lois Sebio—, al director general del grupo Martín Códax, Juan Vázquez Gancedo, al presidente del consello regulador de O Ribeiro, Juan Manuel Casares, y a la gerente de Galicia Calidade, Ana Méndez. Todos estuvieron de acuerdo en el buen momento que vive el sector y también en que el mercado es lo suficientemente grande como para acoger toda la oferta de Galicia, sea esta de bodegas grandes o pequeñas, esté amparada por denominaciones o al margen de ellas. Lo importante, añadieron, es seguir apostando por la calidad y por la diferenciación.

«El mercado internacional del vino busca cada vez vinos con más personalidad y con características más frescas. En ese panorama, Galicia está muy bien posicionada», aseguró Nanclares. «Galicia tiene su propio estilo, refleja su paisaje y tiene una gran riqueza de variedades autóctonas, esa debe ser la base para trabajar», añadió Cruz. «Yo creo que no tenemos que vender variedades, tenemos que vender clima y suelo», insistió Sebio. «Tenemos todas las de ganar, aprovechémoslo, aunque yo creo que es mucho más difícil saber administrar los momentos de éxito», advirtió Vázquez Gancedo.

Lo que está claro es que «fuera se valora mucho más lo que se hace en Galicia. Los sumilleres buscamos los vinos gallegos y los valoramos», explicó Pizarro. Por eso «tenemos que empezar a olvidarnos de las dicotomías entre grandes y pequeños. Galicia Calidade puede ser el paraguas que ayude a la promoción de los vinos gallegos», afirmó Méndez. Con ella estuvo de acuerdo Nanclares. «El mercado del vino es amplio y yo no puedo ir a todos los segmentos. No puedo abrir mercados, como hizo Martín Códax, su labor fue fundamental para los que fuimos detrás», añadió. «Creo que hay lugar para todos, me encanta que Parker le dé 100 puntos a una bodega pequeña. El problema es que algunos tratan de vender su vino criticando a los que somos grandes», afirmó Vázquez.

«Eu creo que ese é un debate artificial alimentado por algúns individuos aos que lle interesa. Pero a realidade é que o mercado é moi amplo e está moi segmentado», aseguró Casares. Porque la realidad es que «nadie duda del prestigio de Vega Sicilia, y es grande y sus vinos se venden en el supermercado», insistió Xosé Lois Sebio.

El papel de denominaciones de origen y consellos reguladores fue otro de los debates que se puso sobre la mesa. «Yo creo que la labor de las denominaciones ha sido fundamental y a mí me gustaría que todos mis vinos estuvieran amparados. Pero la realidad es que la denominación descarta vinos que luego son los que el mercado más valora», afirmó Nanclares. «Eu creo na reforma continua e en que hai mecanismos que permiten modificar as normativas», añadió Casares.

Para Vázquez Gancedo, los consellos reguladores son los encargados de certificar el origen, «son necesarios y deben ser rigurosos». Sin embargo, está de acuerdo en que «hay que exigir que se actualicen y admitan otras cosas, como ya se está haciendo en otras partes. Debe haber ese debate en los consellos y si no lo hay, hay que forzarlo. Yo no recuerdo que se haya solicitado una modificación de un proceso de elaboración o de inclusión de nuevas variedades y que no se haya admitido», aseguró.

Las guías y las puntuaciones que reciben los vinos fue otro de los temas planteados. «Damos mucho valor a las puntuaciones y la realidad es que eso lo hace una empresa privada y siguiendo un criterio personal», aseguró Guillermo Cruz. «A mí lo que me gusta es lo que te cuenta un vino, que me hablen de él», añadió Vázquez Gancedo. Y ahí es donde entra la importancia de profesionales como los sumilleres, cuya labor a veces no se valora lo suficiente cuando el cliente se fija solo en lo que le cobran por el vino en un restaurante. «Hace falta mucha formación para dar a entender el por qué del precio de los restaurantes. Para explicar todo el trabajo y material que hay detrás y que eso tiene que tener un coste», concluyó Pizarro.