Patrocinado porPatrocinado por

¿Cómo puedo gestionar mi finca para que el suelo esté mejor alimentado?

M. C. EL CONTENIDO DE LA PRESENTE PUBLICACIÓN, REPRESENTA ÚNICAMENTE LAS OPINIONES DEL AUTOR Y ES RESPONSABILIDAD EXCLUSIVA DE ESTE. LA COMISIÓN EUROPEA NO ASUME NINGUNA RESPONSABILIDAD POR EL USO QUE PUDIERA HACERSE DE LA INFORMACIÓN CONTENIDA EN DICHO MATERIAL.

AGRICULTURA

x.r. alvite

La política agraria común (PAC) prima la rotación de cultivos como un medio de favorecer la recuperación del terreno en lugares dedicados a la plantación de maíz para la alimentación del ganado

19 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Un suelo «bien alimentado» es un suelo fértil. Y para que no pase hambre, dándole de comer de una forma sostenible, no hay mejor receta que echar la vista atrás. Fijarse en cómo se gestionaba la agricultura tradicional en Galicia antes de la introducción de lo que se conoce como agricultura convencional o productivista, la que recurrió a los fertilizantes químicos para hacer más rentables los monocultivos. Porque ese modelo tradicional, como explica el profesor del departamento de Producción Vegetal y Proyectos de Ingeniería de la USC, Benigno Ruiz, es precisamente lo que busca la rotación de cultivos que incentiva la política agraria común (PAC) dentro de sus ecoesquemas como una fórmula para proteger el medio ambiente. «En Galicia, tradicionalmente, nunca fomos gandeiros ou agricultores, exclusivamente. Ser agricultores incluía ter gando, e manexar tamén o monte. Combinábanse todas estas prácticas. E o que se facía era unha agricultura máis compensada, cunha combinación de cultivos dirixidos a manter o equilibrio do solo, ao mesmo tempo que a diversificación de cultivos, o gando e o monte tentaban a autosuficiencia de cada casa», apunta este experto. Recuerda, por ejemplo, como en tiempos se alternaban cultivos de verano como el maíz, voraces a la hora de engullir nutrientes, con otros como el centeno o el trigo. También compensaban el desgaste producido por ese tipo de plantas con otras como las leguminosas, con gran capacidad para retener nitrógeno en el suelo. «Un bo exemplo do que se facía nas casas non so era rotar cultivos, tamén era asocialos. Por exemplo, as fabas sementábanas co millo, que é un cultivo moi esixente. Cultivaban pataca, millo, centeo, trigo, nabo forraxeiro.... O que se cultivaba un ano nunha parcela, botábase ao seguinte noutra e na primeira poñíase outra cousa. Era moi habitual rotar cultivos para alimentación humana con outros para dar de comer aos animais», añade este profesor. Había veces que incluso se asociaban tres diferentes: maíz, calabaza y leguminosas. También echan centeno que luego usaban en verde para forraje o berzas.

 Ahora de lo que se trata es de volver a mirar al pasado para recuperar los suelos en los terrenos que son utilizados para cultivos para la alimentación de la cabaña ganadera láctea como el maíz. En esos casos, explica este experto en producción vegetal, pueden hacerse rotaciones con «veza misturada con algún cereal como a avea, con chícharos de inverno ou faballón ( faba loba), altramuz.... e como non, pódense utilizar tamén no canto do millo, como forraxeiras, leguminosas como a soia que, aínda que non é un cultivo moi coñecido, nas nosas latitudes, e que soa mais como produtora de gran, tivo e tén moita importancia como forraxeira en países como Estados Unidos».