Patrocinado porPatrocinado por

El sousón comienza a despuntar en la Ribeira Sacra entre las variedades de uva minoritarias

AGRICULTURA

Racimos de la variedad sousón, desecendiente del caíño bravo
Racimos de la variedad sousón, desecendiente del caíño bravo CEDIDA

La producción pasó en quince años de veinte a más de 100.000 kilos y en la última cosecha casi suma tanto como brancellao y merenzao juntos

17 ene 2022 . Actualizado a las 18:06 h.

La abundancia de variedades de cultivo tradicional inexistentes en otras zonas competidoras abre un amplio abanico de opciones a los vinos gallegos en el camino hacia la singularidad. Pero la Ribeira Sacra prefiere jugar sobre seguro y apostar casi todo a la baza de la mencía. De esta uva entran en el cómputo de la denominación de origen de la última vendimia 5.778.239 kilos, un 91% de las tintas y un 87% del total de la producción, incluidas las blancas. Detrás está la garnacha, con 249.000 kilos cosechados la pasada campaña.

Merenzao y brancellao despuntan tímidamente entre las tintas, pero es el sousón el que goza de las mayores preferencias de bodegas y viticultores. De esa variedad emergente se cosecharon en el 2021 casi 100.000 kilos, una cantidad que no está muy lejos de lo que suman merenzao y brancellao juntos. Hace quince años, y según las estadísticas del consejo regulador, de sousón se recogían solo veinte kilos en toda la denominación.

El merenzao alcanzó su techo en términos cuantitativos en la vendimia del 2019, con cerca de 63.000 kilos recolectados. Entre las uvas catalogadas como autóctonas, al menos en el sentido de ser las de cultivo más antiguo, parecía estar llamado a ser una alternativa a escala reducida de la mencía. El equivalente gallego al trousseau de la región francesa del Jura lo tenía todo para subirse a la cresta de la ola. Buenos rendimientos por hectárea, poco color y un cuerpo liviano en el momento en el que se había puesto de moda un corte de tintos similares a los vinos blancos en ligereza. Pero la realidad es que no abundan los vinos de mencía con esa mezcla. Y con la salvedad de un rosado de Abadía da Cova, solo Algueira y Ronsel do Sil apuestan por el merenzao en tintos monovarietales.

Ritmos de maduración

El principal problema del merenzao, en el actual contexto de calentamiento global, es su maduración muy temprana. Si se descuidan las fechas de vendimia, el vino se pasa con facilidad de grado alcohólico. «Tal y como venían algunos de estos últimos años, había que recolectar esa uva a mediados de agosto», señala el enólogo y experto en viticultura Alfonso Losada. La otra incógnita radica en si el mercado sería igual de receptivo, sobre todo en cuanto al precio del vino, si la producción se incrementase de forma significativa.

Con el brancellao, otra de las uvas minoritarias que tuvieron su momento de auge, pasa justamente lo contrario que con el merenzao por lo que respecta al ciclo vegetativo. Uno de los principales inconvenientes para su cultivo es que madura en torno a dos semanas después de la mencía y no se pueden recolectar al mismo tiempo.

Los expertos aseguran que el brancellao es la misma variedad que el albarello, que según estudiosos de la época era mayoritario en la Ribeira Sacra antes de la filoxera, plaga de finales del siglo XIX que obligó a replantar la práctica totalidad del viñedo. ¿Por qué no darle otra oportunidad?, se dijeron algunos hace un par de décadas, en plena efervescencia de lo autóctono.

Poca uva y precio alto

Hubo quien apostó por reimplantar esa uva, de la que en la vendimia del 2021 se cosecharon 62.418 kilos en la Ribeira Sacra. Con el sello de la denominación solo se comercializa un vino monovarietal de brancellao, aunque con un éxito más que notable si atendemos al juicio de la crítica. Dominio do Bibei 2017, casi cien por cien brancellao, figura como uno de los seis «supervinos» españoles en la última edición de la prestigiosa Guía Peñín. Pero el brancellao es una cepa que produce muy poca uva y no todas las bodegas de la Ribeira Sacra están en condiciones de vender un vino, como es el caso, por encima de los 50 euros.

En ese contexto, el sousón gana terreno como variedad «mejorante». «Posiblemente se deba a que aporta a los vinos el color y los taninos que le faltan a la mencía, sobre todo para los vinos que van a barrica», opina Alfonso Losada. En la ribera de Eibedo, en Vilachá de Salvadur, Antonio Anglada, propietario de una pequeña bodega en Trasmonte, le ha hecho un hueco a esta uva minoritaria en sus viñas. En su caso, le interesa el plus de acidez que proporciona el sousón para dar frescura y longitud a los tintos de mencía.

A Anglada, el color no parece preocuparle. «No Eibedo a mencía colle moita capa aínda sen mesturas. Ten que ser polo tipo de solo», explica. Incluso hablando de una misma variedad, las generalizaciones están fuera de lugar en el cambiante universo vitícola de la Ribeira Sacra.

Vinhão en Portugal y tintilla en Ribeiro

Según investigaciones realizadas en la Estación de Enoloxía e Viticultura de Galicia, el origen genético del sousón está relacionado con el linaje del caíño bravo. El sousón es una variedad preferente en los reglamentos de las denominaciones Ribeira Sacra, Rías Baixas y Ribeiro, aunque es en esa comarca vitícola donde tuvo una mayor presencia en las últimas décadas. A comienzos del siglo XX, sin embargo, hay constancia de su cultivo en A Estrada y en viñas de las localidades ourensanas de Cortegada y Entrimo. En esta última zona se le conoce como viñón. En Portugal recibe el nombre de vinhão —es mayoritaria en los tintos de la DO Vinho Verde— y en el Ribeiro se la denomina tintilla.