En el Centro de Investigacións Agrarias de Mabegondo conservan hasta treinta variedades locales que nos dan una idea de lo que se cultivaban hace años en las diferentes comarcas
09 jun 2023 . Actualizado a las 18:08 h.Hace solo unas décadas era posible recorrer Galicia probando un pimiento diferente en cada comarca. O seguir su costa encontrándose una variedad diferente de cebolla en cada ría. Y aunque algunas de estas variedades han sobrevivido, y cuentan con demanda en los mercados, otras se conservan solo en el banco de germoplasma del Centro de Investigacións Agrarias de Mabegondo (CIAM). Sus técnicos llevan entre 25 y 30 años recogiendo el patrimonio natural de Galicia, ese que se fue perdiendo a medida que los gallegos fuimos dejando atrás el campo o aparecieron nuevas variedades de verduras y hortalizas comerciales con calibres y aspectos más acordes con la demanda de los mercados.
Explica Alfredo Taboada, uno de los investigadores del CIAM, que allí conservan alrededor de 300 variedades de diferentes cultivos hortícolas. Todas son locales, es decir, surgieron de forma natural a partir de las variedades silvestres que había en cada zona. Estas fueron mutando genéticamente de forma natural para adaptarse a las necesidades del cultivo. «Caracterízanse porque non foron obtidas por sistemas científicos de mellora, porque son heteroxéneas e porque están adaptadas as condicións ambientais locais, polo que teñen moita calidade», asegura. Conservarlas resulta fundamental, insiste, no solo por la riqueza natural que suponen «senón porque son un reservorio de posibles resistencias a enfermidades que poidan aparecer», añade.
Actualmente, en el CIAM se conservan 14 variedades diferentes de pimientos, 24 de tomates y 16 de cebollas. Y puestas sobre un mapa dan una idea del tipo de cultivos que había en cada región de Galicia hace no tanto tiempo. «No caso das variedades de pemento, o seu cultivo abarca zonas de territorio amplo, os tomates en cambio aparecen en explotacións únicas, coma se foran tomates da casa que se levaban anos cultivando. E no das cebolas o curioso é que podemos recorrer toda a costa, desde A Guarda ata Ribadeo, atopando variedades distintas», añade Taboada.
¿Qué tipo de pimiento se consumía en las distintas regiones gallegas? Pues, gracias a las Indicacións Xeográficas Protexidas (IXP), este cultivo es uno de los que mejor conserva sus variedades locales. Están el de Arnoia, típico de este municipio ourensano; el de O Couto, natural de toda la comarca de Ferrol; el de Mougán, en el municipio lucense de Guntín; el de Oímbra, autóctono de la comarca de Verín, y el de Padrón, hoy amparado bajo la IXP Pemento de Herbón. Pero hay otras muchas variedades, como la Blanco Rosal, que se cultiva en todo el sur de la provincia de Pontevedra; la Guindilla das Angustias, típica de la zona de Betanzos, y el Guláns, que antes de la pandemia tenía fiesta propia en el municipio de Ponteareas. En Ourense eran típicos también el Seixalbo, una variedad parecida al de Arnoia, el de Punxín, que se cultivaba en la comarca de O Ribeiro, y el Ourense Verde, un pimiento curioso que es grande pero muy arrugado. En la zona de Ribadeo encontramos el Piñeira, cuyo cultivo todavía se mantiene aunque se comercializa casi todo en su entorno. Y en Vilanova hay una variedad de pimiento que lleva el mismo nombre y que, aunque prácticamente ha dejado de cultivarse, «é un pementazo de moita calidade», asegura Taboada.
La cebolla de Bordóns
Recorriendo la costa, en cambio, lo que predominan son las diferentes variedades de cebolla, de las que el CIAM conserva semillas de 16. «Era un cultivo propio da costa, polo chan, que era máis areoso, e pola meteoroloxía, pero iso no significa que non se cultivara no interior», explica Taboada. De hecho, entre las variedades que se conservan en el CIAM encontramos las de Caldas, propia del municipio que le da nombre, y Cea, en Ourense. Pero siguiendo la línea de la costa encontramos la cebolla de Vilagarcía, más redonda y con la carne y la piel más clara. Y en Sanxenxo está la de Bordóns, que todavía se cultiva ampliamente en la zona y que es la protagonista de una de las principales fiestas que se celebran en la localidad. Hay también una variedad típica de la Serra de Outes, en la comarca de O Barbanza, que está bastante extendida. Ya en el norte de la provincia de Coruña está Baldaio, que actualmente se cultiva sobre todo para autoconsumo, y la de Betanzos, que es una de las más populares y que hoy en día se encuentra extendida por toda Galicia. Hay también variedades típicas en Miño, Paderne y Ribadeo, entre otras.
Los 24 tomates
El cultivo de las diferentes variedades de tomate, en cambio, está mucho más localizado. Es muy difícil encontrar las mismas semillas en las diferentes explotaciones. En el CIAM conservan 24 variedades, algunas de las cuales tienen actualmente mucha demanda en el mercado. Es el caso del Negro de Santiago o del Avoa de Osedo. Pero hay otros como el Corazón do Miño o el José Luis, llamado así por el agricultor que lo descubrió, que no gozan de tanta fama. Sucede incluso con el Taller do Lubre, un tomate apimentado «que é espectacular», concluye Taboada.