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Los agricultores piden una tarifa eléctrica especial y un IVA reducido del 10 % para productos necesarios para sus cultivos

Somos Agro REDACCIÓN

AGRICULTURA

JUAN CARLOS HIDALGO

El sector de la fruta y las hortalizas de Almería se planta en Madrid para reivindicar medidas efectivas que, ante la escalada de costes de producción,  les permitan vivir de su trabajo

25 nov 2021 . Actualizado a las 09:38 h.

Agricultores del sector de la fruta y hortalizas convocados por las organizaciones agrarias con peso en el Levante español (UPA, Asaja y COAG) han tomado esta mañana el centro de  Madrid para pedir unas medidas solventes que acaben con la crisis actual de precios que, al igual que el lácteo y la carne, sufre el sector primario. De hecho, colectivos gallegos como Agromuralla están estudiando unirse a ellos para paralizar el suministro de lineales los días previos a la Navidad, una medida desesperada a la que recurrirían en caso de que sus demandas vuelvan a caer en saco roto. Además, desde Unións Agrarias planean una serie de actos reivindicativos que continuarán hasta que la industria entre en razón y cumpla con la Ley de la CAdena. 

Sus reivindicaciones, como recoge Efe, son claras: Una tarifa especial para la energía eléctrica empleada en la producción en finca, en las comunidades de regantes y en las centrales de manipulado, un IVA agrícola reducido del 10% para todos los insumos necesarios para la producción y la revisión al alza del IVA compensatorio para los agricultores en estimación objetiva hasta el 14%.

A ellas se suman medidas fiscales que recojan la deducción de la factura de fertilizantes y plásticos no amortizables, reconocimiento y concienciación de la importancia del sector y revisión de los precios de entrada fijados con terceros países en los acuerdos preferenciales.

Pero esta mañana en Madrid los agricultores protagonizaron un capítulo más en la guerra abierta por el sector primario contra la industria. Con pitadas, coreando consignas en defensa del sector y con pancartas en las que se podía leer «Los costes de producción nos ahogan. Sin rentabilidad no hay futuro para frutas y hortalizas», según informa Efe. los agricultores se han concentrado frente a la sede del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, para exigir medidas «valientes» que defiendan a las explotaciones agrarias almerienses. Como explicaron es un acto de protesta contra la crisis que está sufriendo el sector de las frutas y hortalizas y con el que reclaman al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, medidas concretas para hacer frente a la situación: «Nos estamos concentrando para pedir precios justos, no estamos pidiendo nada malo, no podemos a venir ayudas, pedimos que se nos paguen por nuestras frutas y hortalizas un precio justo para poder cubrir nuestros costes de producción y vivir dignamente», afirmó Andrés Góngora Belmonte, miembro de la comisión ejecutiva nacional de COAG y representante de Frutas y Hortalizas.

Góngora explicó que, a raíz de esta movilización, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, se comprometió a celebrar una reunión el próximo lunes: «Acudiremos a esa reunión con voluntad de solucionar los problemas, pero el ministro tiene que entender que para que la renta llegue a los productores hay que coger a las cadenas de supermercados, que tienen márgenes comerciales totalmente abusivos», ha señalado.

«Hay dinero a lo largo de la cadena para que a los agricultores nos lleguen unos precios justos y a los consumidores no se les meta las manos en los bolsillos de manera descarada», añadió Góngora, quien denunció además el impacto en el sector de las importaciones de terceros países: «España es un coladero de frutas y hortalizas de terceros países. Queremos que de una vez por todas se controlen estas importaciones en España y en la Unión Europea».

El sector de frutas y hortalizas denunció que la subida de los costes de producción viene a dar la puntilla a un sector afectado por su propia crisis estructural y por los efectos de la falta de control de los acuerdos comerciales con países extracomunitarios que «están poniendo en jaque la supervivencia de este modelo productivo».