Patrocinado porPatrocinado por

Sofragal, la cooperativa donde la castaña se convierte en galleta

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

AGRICULTURA

maruxa alfonso

La firma completa el ciclo de este fruto elaborando productos de repostería

10 oct 2021 . Actualizado a las 23:43 h.

Conseguir que el consumidor valore los productos del sector primario no siempre es tarea sencilla. Lo saben bien en Sofragal, una cooperativa ourensana dedicada a la recuperación de soutos abandonados y a la producción de castaña. Hace unos años, decidieron dar un paso más y transformar sus propios productos, poniendo en marcha una nave en la que secar las castañas y convertirlas en harina. Ahora, se han animado a cerrar el ciclo. Con el fin de mostrarle al consumidor las bondades de la harina que elaboran, se han lanzando a la repostería. Bicas y galletas componen su oferta.

«Constituímosnos no 2013 e no 2019 decidimos construír unha nave para facer fariña de castaña. Hai dous meses empezamos coa repostería», explica Dositeo Álvarez, secretario de la cooperativa. Con ello cerraban el ciclo de este fruto, pues ellos se encargan de «recollida, secado e incluso da recuperación de soutos abandonados, porque queremos aproveitar as variedades autóctonas e non ter que usar variedades novas», añade. Son catorce socios y cuentan, actualmente, con catorce hectáreas. «Collemos entre 20 e 25 toneladas de castaña ao ano», explica.

Están convencidos de la calidad de la castaña gallega, aunque reconocen que el consumidor no siempre la valora adecuadamente. En su producción solo utilizan «a castaña máis san, que a escollemos a man», apunta José Ramón Feijoo, presidente de la cooperativa. «Aquí non se lle da valor á castaña e coma esta tiña un prezo baixo abandonáronse os soutos. Agora costa máis recuperalos», sostiene. Así que para conseguir un mayor precio por sus productos pusieron en marcha una nave para el secado y la elaboración de harina, «para darlle unha saída aos nosos produtos e seguir traballando».

El problema es que la harina de castaña no tiene, por ahora, la demanda que esperaban. Y que abrir mercado les está costando más de lo que pensaban. «As vendas de fariña van máis lentas do que pensabamos. É certo que non é panificable, que tes que mesturala con trigo ou outros cereais. Pero así pódese facer de todo. É moi boa para rebozar e tamén en pastelería», explica Álvarez.

Demostrarle al consumidor todas las posibilidades que tiene este nuevo producto fue lo que los llevó a meterse también en el mundo de la repostería. Sus primeras galletas las han bautizado con el nombre de Baralletas, que han tomado prestado del idioma de los paragüeros, muy típicos de Nogueira de Ramuín, donde tiene la sede de la cooperativa. Las tiene normales, de chocolate o con forma de palito. Y tienen también unas bicas. Todos estos productos fueron presentados en el Salón de Alimentación del Atlántico (Salimat), donde iba a tener reuniones con varios distribuidores para presentarles sus nuevas elaboraciones. Por el momento, las galletas se las elabora una panadería cercana, pero la idea es también realizar una inversión para contar con un obrador profesional. «Só levan fariña de castaña, de trigo, azucre moreno, aceite e ovo», cuenta Álvarez. Otro de los objetivos de su iniciativa es animar a la gente joven a que le de una oportunidad al campo, pues la edad media de los socios de la cooperativa es actualmente muy elevada. «A idea é que a xente nova se vaia metendo para que vexa que isto ten futuro. Xa hai mozos que agora collen as vacacións en outono para ir apañar as castañas, porque pouco a pouco o produto vai collendo valor», concluyen.