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Repescan fincas  abandonadas de la parcelaria para proyectos que optan a los fondos de recuperación

M.C. REDACCIÓN

AGRICULTURA

Carlos Castro

Son 24.000 hectáreas repartidas en 707 zonas donde podrían habilitarse polígonos agroforestales para cultivo de maíz, frutales, huerta, pinos, frondosas o pastos

03 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Galicia cuenta con 24.000 hectáreas de terreno abandonado repartido en 707 masas de concentración parcelaria que fueron realizadas en diferentes etapas a lo largo de toda la comunidad. Esas zonas son apropiadas para la puesta en marcha de polígonos agroforestales de iniciativa pública para activar ideas de personas que han manifestado su interés de optar a los fondos de recuperación a través de la convocatoria de Manifestación de Interese de Proxectos Autonómicos lanzada por Medio Rural. Su intención: Cultivar maíz, frutales, productos de huerta avalados por los sellos de calidad existentes en Galicia, pinos, frondosas o pastos. La identificación de esos terrenos abandonados en distintos puntos de concentración parcelaria está recogida en un informe elaborado por Medio Rural para identificar cuáles  serían los cultivos más apropiados para cada una de las zonas en las que están ubicados esos terrenos.

Aunque la superficie mínima para crear un polígono es de 10 hectáreas, la Lei de recuperación da Terra Agraria de Galicia establece la alternativa de exceptuar este requerimiento en casos que estén debidamente justificados, sobre todo cuando el promotor del polígono sea una explotación de la zona. De ahí que, en caso de ser necesario, esas 707 zonas de parcelaria con 24.133 hectáreas podrían ampliarse en cerca de 352 masas más de entre 5 y 10 hectáreas. La condición que tengan la mitad de su superficie a mato.  

El informe, que fue presentado este jueves en el Consello de la Xunta, especifica que 61 de las 707 masas de terreno de concentración seleccionadas para priorizar el cultivo de maíz, cereal fundamental para la alimentación del ganado vacuno dedicado a la producción láctea, y de productos de huerta adscritos a un sello de calidad diferenciada, están ubicadas en las provincias de A Coruña y de Ourense. De esas parcelas que suman 1.642 hectáreas, 1.385 tienen capacidad productiva máxima de cara a la práctica de una agricultura intensiva dedicada a esas producciones.  

El resto de masas seleccionadas son aptas para pastos o pastizales, el cultivo de otro tipo de cereales o frutales. Además, explican desde Medio Rural, también se pueden combinar con el aprovechamiento forestal de cara a diiversificar el monte gallego con plantaciones de pino y frondosas.  

La realización de este informe está relacionada con la constancia, por parte de la Consellería, de la demanda de tierra para poner en marcha distintos proyectos en el rural. La prueba, según Medio Rural, es que tras la convocatoria de Manifestación de Interese de Proxectos Autonómicos, han recibido cerca de un millar de propuestas que indicaban la localización de la tierra demandada para poder ponerlas en marcha. En total eran 21.322 hectáreas, que se suman a las 10.000 solicitadas por las denominaciones de origen de los vinos de Galicia para ampliar sus zonas de producción. 

En vista de esta demanda de tierra, la Consellería echó mano de los datos. Analizó el perímetros de las zonas de concentración o reestructuración parcelaria, los terrenos del Sistema de Información Xeográfica de Parcelas agrícolas (Sixpac-2020), la información relativa al Sistema de Información sobre Ocupación del Suelo de España (SIOSE 2017) y al Mapa de Capacidad Productiva de los Suelos de Galicia. Poniendo todos esos parámetros juntos determinó la aptitud de la tierra en esas zonas de concentración para cada uno de los usos preferentes, teniendo en cuenta que la superficie de las masas debía de ser igual o superior a las 10 hectáreas y que el 50 % de esa superficie o más debía de estar abandonada. 

 Ahora ha de cruzar la localización de los terrenos de parcelaria identificados con las áreas en las que los promotores de los proyectos que optan a los fondos de Europa requieren la tierra.