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Las siete hierbas imprescindibles para que San Xoán haga su magia

Rosa Estévez
rosa estévez O GROVE / LA VOZ

AGRICULTURA

CEDIDA

La tradición de la mañana del día 24 se mantiene con más vigor del esperado

22 jun 2023 . Actualizado a las 11:59 h.

Aunque el calendario indica que estamos en verano desde este lunes, la entrada simbólica de la estación no se producirá hasta la noche del miércoles al jueves. Es la noche del solsticio de verano, el San Xoán. Una celebración pagana tan vigorosa que, en el siglo XXI, seguimos celebrándola con noches de fuego y amaneceres de agua perfumada por las plantas que marca la tradición. En el mercado de Vilagarcía, serán muchos los «cachos» que se vendan de las hierbas de San Xoán: en estos tiempos en los que la vida transcurre en un modo uniformemente acelerado, hay quien para mantener las viejas y arraigadas costumbres recurre a atajos modernos. Pero lo suyo, a la hora de preparar el San Xoán, es ponerse ropa cómoda y echarse al monte para buscar las siete hierbas que no pueden faltar para cumplir con el ritual protector de la noche más corta del año. De ellas habla Silvia Domínguez en un libro que publicó la editorial grovense Patas de Peixe. Una pequeña joya en la que la tradición del San Xoán reverdece y cobra vida.

Según relata Silvia, las hierbas para hacer el agua deben estar recogidas antes de la caída de la noche. La tradición dice que, con la oscuridad, las fuerzas del mal se liberan y las plantas cortadas tras la puesta del sol no serían puras. «Eu penso que ten máis que ver co feito de que antes non había alumeado público: as herbas que non tiñas recollidas antes da posta do sol, quedaban sen coller». ¿Y qué debemos incluir en el «cacho»? Silvia Domínguez explica que no hay una única fórmula para hacer el agua de San Xoán: en cada casa hay una receta distinta, unas plantas que no pueden faltar, otras que jamás se han usado. Pero hay siete elementos que se repiten una y otra, y otra vez, por toda Galicia. Todas tienen un motivo para formar parte de la pócima «oficial». La primera es la flor de San Xoán o «espantademos», cuya finalidad está clara. No puede faltar el fiuncho, preciso para evitar el mal de ojo. Añadamos a la lista la hierba luisa, que protege de los engaños y del mal de amor. Pongamos malva silvestre, capaz de «abrandar os caracteres máis duros», un poco de fento macho, «que protexe os fogares» y completemos con el romero, «unha herba que estimula, pero que tamén purifica». A partir de esa mezcla básica de hierbas, en cada zona, incluso en cada casa, componen sus propias recetas, que puestos a seguir el canon recogido por Silvia Domínguez incluye el agua «de sete fontes». La mezcla deberá pasar la noche al raso, para ser bendecida por el orballo. Y al día siguiente hay que lavarse la cara con ese agua purificadora, mirando al sol.