Las nuevas tecnologías resultarán imprescindibles para cumplir con los objetivos que establece la estrategia De la granja a la mesa
16 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.El sector agrícola tendrá que afrontar en los próximos años un gran reto: cumplir con las estrategias que marca De la granja a la mesa y reducir a la mitad el uso de productos fitosanitarios y un 20 % el de fertilizantes. «Son malas noticias para el sector productor porque va a ser muy difícil llegar al 2030 cumpliendo estas exigencias», aseguró Antonio Domene, vicepresidente del grupo Kimitec durante una de las ponencias del congreso Food 4 Future que se está celebrando en Bilbao. Su compañía es una de las muchas que está investigando para conseguir biopesticidas, productos más respetuosos con el medio ambiente que permitan al agricultor mantener su producción. Y considera que si hay alguna forma de cumplir las exigencias europeas es «invirtiendo en tecnología y desarrollo». La agricultura de precisión, el Big Data o la inteligencia artificial son solo algunas de las herramientas que se deben adaptar a las necesidades de los agricultores para ayudarles a afrontar los retos que se les plantean.
Kimitec lleva años investigando las moléculas que existen en la naturaleza para poder elaborar biopesticidas que cumplan con las nuevas exigencias europeas. Pero en ese camino se ha encontrado con un problema, hay demasiadas, de ahí que haya puesto en marcha un proyecto que le permita automatizar la investigación y lograr más resultados.
Sin embargo, también hay quien piensa que el agricultor no debe dejarse deslumbrar por la tecnología. Porque el Big Data o la inteligencia artificial no son más que «cómo transformar los datos en información, la información en decisiones y las decisiones en acciones que permitan mejorar mi empresa», explicó Gonzalo Martín, de Hispatec, empresa especializada en este tipo de tecnología. En su opinión, ser digital no es más que tener la información digitalizada y lo verdaderamente importante es poder disponer de datos objetivos que ayuden a tomar decisiones, «que es algo que hacemos todos los días». Considera que además de la tecnología hay que tener en cuenta a las personas, «la tecnología es un medio, pero no podemos dejarnos deslumbrar, hay que prepararse para ser objetivos y tomar decisiones», argumentó.
«La agricultura será digital o no será, consideramos que eso es parte del futuro», añadió Daniel Berganzo, de Florette Iberia. Relató que su empresa decidió hace unos años poner en marcha un proyecto de transformación digital que afectó a toda su organización. «El cambio verdadero estuvo en los datos. Antes solo teníamos información al final de campaña, ahora los tenemos cada semana», explicó. Eso les permitió eliminar el papel y, sobre todo, ser más eficientes, por eso siguen investigando para, entre otras cosas, conseguir sistemas de riego inteligente y lograr la reducción de enfermedades y plagas.
«El mensaje debe ser optimista. Es cierto que en el campo falta relevo generacional y que hay incertidumbre por los precios que perciben los agricultores. Todo eso puede poner freno a la investigación. Pero la historia demuestra que el sector agrícola siempre ha sabido adaptarse a la innovación», argumentó Jon González, del grupo AN, una cooperativa de cooperativas que se encarga de suministrar recursos a sus socios. «El sector va a tener que buscar ayudas para invertir, porque actualmente hay sitios en los que ni siquiera hay cobertura y hay que darle ayudas al sector para formarse» añadió Berganzo. «Si no somos digitales no vamos a ser capaces de competir, por eso necesitamos apoyos, de los centros tecnológicos y de las administraciones» concluyó Alfonso Sáenz, de UDAPA, cooperativa del País Vasco que produce patatas.