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Las denominaciones de origen de vino de la UE, contrarias a que haya un reglamento único para entidades de distintos sectores

Somos Agro REDACCIÓN

AGRICULTURA

MARTINA MISER

Rechazan que sea la Agencia Europea de Propiedad Intelectual quien gestione estos regimenes de calidad

10 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Este viernes nueve de abril termina el plazo para que cualquier entidad, asociación o autoridad pública nacional o autonómica pueda presentar propuestas a la consulta pública puesta en marcha por la Comisión Europea en la que invita a la ciudadanía a participar en la evaluación de cómo reforzar el modelo de indicaciones geográficas con el objetivo de aprobar una norma al respecto en torno a finales de este año o principios del que viene. Justo en el límite, la Federación Europea de Denominaciones de Origen de Vino (EFOW) y la Confederación Española de Consejos Vitivinícolas (CECRV), además de otras organizaciones representativas del sector del vino de los cuatro principales países productores de la UE (Francia, España, Italia y Portugal) han hecho públicas en un comunicado sus propuestas: Estos colectivos se oponen a que sea la Agencia Europea de la Propiedad Intelectual la que gestiones estos regimenes de calidad, al mismo tiempo que tampoco está de acuerdo con que Bruselas apruebe un único reglamento para las denominaciones de origen de los diferentes sectores agroalimentarios. 

Los argumentos usados por estos colectivos para defender su postura son claros. En el caso del rechazo a que sea la Agencia Europea de Propiedad Intelectual la encargada de controlar su trabajo, apuntan que «las indicaciones geográficas no solo son derechos de propiedad intelectual, sino también instrumentos de desarrollo rural, razón por la cual no sería aceptable que la política de estas entidades sea administrada y gestionada exclusivamente por esta agencia europea».

Al mismo tiempo, con respecto a la alternativa de que creen un único reglamento para las figuras de calidad de diferentes sectores agroalimentarios, las organizaciones representativas de las denominaciones de origen del vino se muestran contrarias al entender que eso no garantizará «ningún tipo de simplificación para los operadores vitivinícolas y diluirá a largo plazo las especificidades del sector del vino y del resto de sectores, particularidades que deben ser muy tenidas en cuenta en las normas que los regulan». Desde las dos grandes organizaciones que representan al sector del vino en Europa no olvidan recordar que la política de calidad ha de mantenerse en el marco de la Organización Mundial de los Mercados Agrícolas  (OCM) «que ofrece ya un enfoque global al sector vitivinícola en materia de etiquetado, instrumentos de mercado, gestión de crisis, normas de comercialización...».

Desde luego no obvian instar a reforzar el papel de estas entidades como garantes de la calidad de los productos que amparan. Porque entienden que no hay que bajar la guardia ante los nuevos retos que se presentan de cara a la nueva política agraria común (PAC) o a la puesta en marcha de estrategias como De la granja a la Mesa, donde no hay que escatimar esfuerzos en materia de controles que garanticen la trazabilidad de los productos.   

En este sentido, los responsables de EFOW, Bernard Farges, y de CECRV, David Palacios Algarra, avanzaron en un comunicado que «la reforma de la política de indicaciones geográficas de la UE debe tener como objetivo que las denominaciones de origen de vino sean también una historia de éxito en el marco del Pacto Verde Europeo. Debe proporcionar a los operadores y a las indicaciones geográficas herramientas que les permitan ser competitivos a nivel internacional y responder a las demandas de los consumidores en términos de autenticidad y sostenibilidad. Y hacen un llamamiento a la Comisión Europea para que renuncie a la creación de un reglamento único y no delegue la política de calidad a la Agencia Europea de Propiedad Intelectual».

Actualmente, la UE protege a 3.400 denominaciones de productos agrícolas y alimenticios, pesca y la acuicultura, vinos, bebidas espirituosas y productos vinícolas aromatizados en el marco de uno de los regímenes de calidad de la UE: indicaciones geográficas (IG), denominaciones de origen protegidas (DOP), indicaciones geográficas protegidas (IGP) y especialidades tradicionales garantizadas (ETG).