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Los drones, una alternativa con muchas ventajas para el campo

ANA F. CUBA MUGARDOS / LA VOZ

AGRICULTURA

Carla Elías

Varios agricultores asisten a una demostración del uso de estos aparatos para fumigar una plantación de patatas en Mugardos

04 feb 2021 . Actualizado a las 18:53 h.

Al principio, en los gestos de los agricultores mandaba el escepticismo. «Están muy acostumbrados a lo de siempre, introducir algo nuevo cuesta... Pero al ver trabajar la máquina todos cambiaron de idea», asegura el gallego Luis Mourín, director responsable de operaciones con drones de World Aviation, una empresa con sede en Madrid especializada en aviación. Al mugardés Domingo Souto, responsable del patatal donde se realizó la demostración del uso de estos aparatos, el resultado le pareció «muy bien».

«Te indica todo, antes de aplicar el tratamiento escanea la finca, te dice el número de plantas que hay por hectárea, la producción prevista, dónde están las plagas [y solo da el producto a las plantas que tienen la enfermedad, con lo que se ahorra dinero y también hay una mejora medioambiental], la dosis de agua y de herbicida es mucho menor de la que necesitas haciéndolo con el tractor... Lo único mejorable es la duración de las baterías y la capacidad del depósito», sostiene este joven agricultor que cultiva 84 hectáreas de patatas, cebada, trigo del país, nabizas y maíz, y trabaja otras 190 de hierba para forraje, repartidas entre Mugardos, Ares, Fene y Cabanas.

«En una fumigación convencional se utilizan cien litros por cada hectárea, con el dron son 60. Además, determina dónde necesita más fertilizante o pesticida», destaca el representante de la compañía, que se desplazó a Mugardos por sugerencia de Juan Carlos García, piloto de dron que se formó en la escuela de World Aviation. ¿Otras ventajas? «El tractor tiene que pisar la finca y por donde pasan las ruedas no nace nada; y el tiempo es menor, con el dron se tardan 12 minutos por hectárea, y con un tractor, unos 20», enumera.

«No destroza nada», subraya Souto, que se decidió a efectuar la prueba por las dificultades de acceder a la finca tras tantas semanas de lluvia. «Es muy difícil entrar con el tractor, dañas la cosecha y mermas la producción, debajo de las ruedas el suelo se compacta», señala. Mourín estima que con este sistema «puede aumentar la producción de un diez a un treinta por ciento». El coste depende del tipo de trabajo y la orografía del terreno, y ronda los 800 euros por jornada de servicio en superficies llanas.

«Para alguien que no tenga equipo para sulfatar, contratar el tractor para hacerlo le sale por un precio similar», indica Souto, que apunta una mejora añadida en la calidad del cereal, gracias al reparto más homogéneo del fungicida. En su caso, por la superficie que cultiva, le gustaría comprar y operar su propio dron, lo que requiere una formación y una licencia específicas como piloto aplicador para uso de productos fitosanitarios. «Lo normal, en Galicia, es que se haga de manera cooperativa, igual que cuando venía la cosechadora del trigo, aprovechaba para trabajar en una zona», apunta Mourín.

La autonomía del Agros T16 DJI, el modelo utilizado, ronda los 12 minutos, y cuando se agota la batería regresa automáticamente para sustituirla y para reponer el líquido, cambios que se completan en menos de diez segundos. El peso, con el depósito de 16 litros lleno, es de 42 kilos, y en condiciones perfectas fumiga unas diez hectáreas por hora, que en Galicia, por la meteorología más habitual, puede bajar hasta siete u ocho. Vuela a una altura de entre 0,50 y 3,50 metros, adaptable al tipo de cultivo.

El representante de World Aviation resalta otro beneficio de este tipo de fumigación: «Las hélices, al empujar el aire, hacen que el chorro entre con mucha proyección y no solo alcance la parte de arriba de la planta». Así lo comprobaron los viticultores de Ribas do Sol que asistieron a una demostración, el mismo día que se realizó en Mugardos, para aplicar fungicida a los viñedos. «La gran ventaja que vieron es que no tenían que subir y bajar con la sulfatadora a la espalda por ese terreno escarpado con el 80 % de desnivel», comenta.