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La flor cortada teme morir en Difuntos

Maruxa Alfonso Laya
maruxa alfonso REDACCIÓN

AGRICULTURA

M.Moralejo

El sector espera que las nuevas restricciones no den al traste con la próxima campaña, a la que fían su recuperación tras el desastre de la primavera

31 oct 2020 . Actualizado a las 19:51 h.

El sector de la flor cortada está viviendo, sin duda, el que será recordado como su peor año. El confinamiento cogió a los viveros gallegos en plena producción de una de las campañas más importantes del año, la de primavera. Y los obligó a destruir, literalmente, toda lo que iban a ser sus ventas de los próximos meses. Aún así, el sector decidió afrontar con optimismo otra de sus campañas más importantes del año, la del Día de Difuntos confiando en, por lo menos, poder recuperar parte de su volumen de negocio. El problema es que ahora se temen que las nuevas restricciones impidan o disuadan a los vecinos de acudir a los cementerios. Ellos tienen sus invernaderos llenos de crisantemos y, por ahora, no se han caído los pedidos, pero eso no los libra de temerse lo peor.

«Hemos apostado porque íbamos a reactivar el año haciendo una buena campaña de Difuntos», asegura Ángel Patiño, ingeniero agrónomo de Flores Toxal. Esta época del año se planifica con mucha antelación y en este vivero gallego apostaron por plantar lo mismo que en ejercicios anteriores. «Creíamos que si esto salía medio bien, aunque no vamos a recuperar todo lo que perdimos, podríamos disminuir las pérdidas», añade. El problema es que solo a unos días de que los cementerios se llenen de flores están llegando las nuevas restricciones. Así que el miedo y la incertidumbre se han instalado de nuevo en este sector. «Estamos muy nerviosos por todo lo que pueda pasar, en Portugal están cerrando los cementerios y no sabemos qué puede llegar a pasar aquí», asegura Patiño. Este vivero comercializa sus producciones por toda España y asegura que algunos de sus pedidos han empezado a resentirse por el cierre de algunas comunidades.

En Flores Toxal sostienen que Difuntos representa el 20 % de toda la facturación del año. Para estas fechas cultivan, sobre todo, lilium y crisantemo, de las que triplican su producción. Cuenta con 30.000 metros cuadrados de invernadero, en los que también están preparando la próxima campaña de Navidad. Y aseguran que la flor, en estos momentos, «está saliendo de muy buena calidad». Por eso afirman que «me conformo con que no se ponga peor la cosa y podamos comercializar toda la mercancía ahora».

Miedo en Narón

Tampoco las tienen todas consigo en los viveros de Agroflor, en Narón. «El crisantemo lo plantamos igual que el año pasado, pero ahora estamos con un poco de miedo porque nos están diciendo ya que Ferrol está en rojo», asegura Lucía Iglesias, una de las responsables de este negocio. Explica que, hasta ahora, estaban recibiendo pedidos igual que en años anteriores, pero temen que la reducción de los aforos en los comercios y en los cementerios dé al traste con la campaña. «Vendemos mucho en una gran superficie y si limitan los aforos tememos que la gente no compre, porque quieren mirar y tocar», relata. De hecho, asegura que están notando un descenso en los pedidos que recibe en su tienda, donde también hacen centros para Difuntos. «La gente está esperando a ver si realmente va a poder o no ir al cementerio así que en tienda estamos vendiendo menos», sostiene. Las nuevas restricciones podrían pasar de nuevo factura a un sector que, sin duda, está viviendo uno de los peores años que recuerda.

Un año sin Día del Padre, ni de la Madre; sin alfombras florales ni procesiones

«Desde el 14 de marzo al 14 de abril, todo lo que producimos lo tiramos». Así recuerdan en Flores Toxal las consecuencias que el confinamiento tuvo en el sector de la flor cortada. «Para nosotros fue un desastre y tuvimos unas pérdidas increíbles porque justo era cuando teníamos las campañas más fuertes», reiteran en Agroflor. Y es que el confinamiento cogió a estas empresas al comienzo de una de las épocas del año en la que más trabajan. «Perdimos el Día del Padre, el de la Madre, la Semana Santa y hasta los maios y las alfombras florales», recuerdan.

El Ministerio de Agricultura habilitó recientemente una línea de ayudas específicas para este sector. Pero en los viveros gallegos tienen claro que estas van a ser insuficientes para paliar las enormes pérdidas que tuvieron que afrontar. «Estas ayudas están limitadas por la cantidad. Hay poco dinero para toda España y hubo muchos daños», asegura Patiño. En su opinión, «las ayudas están bien, pero es importante que no se paralice el comercio nunca más». En Agroflor, en cambio, recuerda que, además de las pérdidas, cuando abrieron sus puertas «no podíamos servir todo lo que nos demandaban, porque se había destruido mucha flor». Por eso, insisten, «estábamos esperando Difuntos como agua de mayo», concluyen.