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Los romanos cultivaron a las abuelas del albariño en O Areal

Somos Agro REDACCIÓN

AGRICULTURA

MARTINA MISER

Un estudio publicado en Australian Journal of Grape and Wine Research muestra el origen de esta variedad

04 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

O Areal, en Vigo. Parece ser que fue ahí donde los romanos cultivaron por primera vez semillas de las que supuestamente habría evolucionado el albariño actual. Lo habrían hecho en torno a los siglos II y IV de nuestra era, según una investigación en la que participan científicos gallegos dela Misión Biolóxica de Galicia, del CSIC, y del Departamento de Historia da Universidade de Santiago, además de los ampelógrafos Rafael e Carlos Ocete y que fue publicada por el  Australian Journal of Grape and Wine Research.El estudio apunta que ahora que el antepasado del albariño, al igual que otras variedades autóctonas, existía ya en la Galicia romana. Probablemente era fruto de la hibridación de esta semilla con variedades de vides silvestres locales para lograr una mejor adaptación al clima y mayor producción.

En base al trabajo, al que hizo referencia en su Facebook el Museo do Viño de Galicia, apunta que las semillas se habrían conservado por anegamiento y combustión en tres yacimientos arqueológicos: O Areal, en Vigo y Reza Vella, en Ourense (ambos de la época romana), además de en Ponte do Burgo, en Pontevedra, aunque ahí ya la referencia es de los siglos XIII-XIV. Al parecer, las pesquisas realizadas en las semillas conservadas en Reza Vella determinaron la presencia de vitis sylvestris, mientras que las halladas en Ponte do Burgo eran variedades domesticadas o en proceso de domesticación más cercanas a variedades autóctonas gallegas como el albariño, caiño freixo, branco lexítimo e caíño braco.

En cambio, el análisis de los restos de uva hallados en O Areal, un emporio de exportación de sal hacia el Imperio Romano, muestra una mayor proximidad al albariño ya entre el II y IV de nuestra era. De ahí que los autores del estudio concluyan que la semilla de albariño, al ser una variedad que predomina en su entorno, puede proceder de vides silvestres de la zona, o bien domesticadas de modo autóctono o mezcladas con otras procedentes de otras zonas del Imperio Romano.