Varias organizaciones europeas han lanzado una iniciativa ciudadana para pedir a Bruselas un etiquetado único en toda Europa que permita conocer el origen de productos como la miel, las legumbres que vienen en bote, los zumos o las verduras congeladas.
05 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Agosto es un mes fuerte para el tomate, pero en septiembre las plantas de algunas variedades autóctonas aún están repletas de frutos. Basta con acercarse a las estanterías de las fruterías para comprobar que en esta época, más que nunca, el origen de la mayor parte de los tomates es España o Galicia. Conocer el origen de los alimentos que compramos es el primer paso para poner un grano de arena en la construcción de un medio rural poblado y sostenible y, al mismo tiempo, tener una garantía sanitaria a la hora de consumir esos alimentos. Ese derecho a saber dónde fue cultivada una hortaliza o en qué lugar creció un ternero es especialmente necesario en el caso de los productos elaborados. Al menos es lo que entienden los promotores de una iniciativa ciudadana europea que bajo el título Eat Original. Unmasked your Food (Come original. Desenmascara tu comida) reclama un etiquetado único europeo que muestre claramente el origen de cada producto alimentario. Porque como explican en el texto de la iniciativa «la adulteración o etiquetado fraudulento de productos alimentarios supone un riesgo para la salud, especialmente cuando se usan ingredientes que pueden resultar tóxicos».
De momento, la iniciativa lleva recogidas más de 837.000 euros, pero todavía tiene un mes para alcanzar el millón que precisa para poder remitirla a la administración comunitaria.
La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), una de las organizaciones promotoras de la iniciativa apunta que «un consumidor de cualquier estado miembro de la Unión Europea no podrá saber de dónde provienen los alimentos que adquieren en una amplia variedad de productos como miel, legumbres en conserva, zumos, arroz o verduras congeladas porque no tienen la obligación legal de reflejar el origen del producto». De ahí que para darle la vuelta a la tortilla, agricultores, ganaderos y consumidores están recogiendo firmas para lanzar esta iniciativa.
