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Alerta: hay una plaga a dos kilómetros

María Viñas Sanmartín
María Viñas REDACCIÓN / LA VOZ

AGRICULTURA

MARCOS MÍGUEZ

Osigris es una aplicación móvil de gestión de cultivos dirigida a pequeños agricultores que mapea las parcelas y permite obtener información en tiempo real, manteniendo el anonimato de sus propietarios. Es una herramienta colaborativa y gratuita al servicio del 75 % del sector

06 may 2019 . Actualizado a las 13:39 h.

«Nosotros queremos que el agricultor lo tenga todo gratis, que sea el gran favorecido». José Senade, director ejecutivo de Osigris, establece prioridades cuando comienza a hablar de un proyecto que nació hace un año y medio, mientras cursaba un máster. Ingeniero en Geomática -la ciencia que se ocupa de la gestión de la información geográfica a través de tecnologías de la información y la comunicación-, discurrió una idea basada en el control topográfico de las viñas que, tras varias vueltas, se convirtió en un sistema de administración de cultivos orientado a los pequeños agricultores. En España, suponen el 75 % del sector, pero pocos les prestan atención, especialmente en lo que respecta a echarles un cable en su proceso de digitalización o, simplemente, en ponerles las cosas fáciles. «Existen muchas empresas de base tecnológica enfocadas a la agricultura de precisión, pero todas están orientadas a ese 25 % que puede permitirse pagar por estas herramientas -explica Senade-. Es un mercado muy colapsado».

Lo que hizo Osigris, por tanto, fue desarrollar un sistema para estos pequeños y medianos productores que se encuadran en parcelas de no más diez hectáreas, trabajadores que cultivan sus propios cereales, uvas o productos de la huerta para venderlos luego a cooperativas y que no disponen de los recursos del gigante para costearse tecnologías avanzadas que mejoren su productividad. El resultado es lo que los cuatro emprendedores que forman este equipo definen como un software de agricultura de precisión, «una aplicación móvil con tres herramientas muy sencillas que permiten controlar mejor los cultivos y abaratar los costes». Sobre todo, «estar informado», detallan. «La información mejora la producción».

 Osigris, que salió hace apenas un mes al mercado y que actualmente roza los 500 usuarios, ofrece por tanto a sus clientes hasta tres útiles instrumentos: un cuaderno de campo digital, información meteorológica en tiempo real y un sistema de alertas que avisa de plagas y enfermedades agrícolas cercanas. «Para el pequeño agricultor lo importante, lo primordial, es mantener una producción y tener la mejor producción posible -sostiene Senade-. Para eso es muy importante conocer la meteorología y controlar las epidemias. Nuestra idea es favorecer esta información y reducir estos obstáculos».

Todos los agricultores españoles tienen, desde enero del 2013, la obligación de llevar al día un cuaderno de campo, un registro sujeto a revisiones y controles de todos los tratamientos realizados en la explotación. Este documento debe incluir la información general e identificación de la parcela (dirección, número de hectáreas, uso, qué se cultiva), quiénes intervienen en ella y qué productos se utilizan. «En un mes, lanzaremos el cuaderno de campo digital, lo que está teniendo una gran aceptación entre los inspectores», avanzan. De momento, esta app permite registrar terrenos e introducir informaciones referidas a plagas, enfermedades, tratamientos, fertilizantes y condiciones del suelo. Se hace, además, de forma anónima. ¿Y esto para qué sirve? Para que otros usuarios se beneficien de esta información, pero también las cooperativas.

El software mapea los cultivos, obteniendo de ellos información en tiempo real. Así, permite visualizar estadísticas por ayuntamientos y crear comunidades de usuarios. Y si los agricultores no pagan un duro por esta información, ¿dónde está el negocio? También en la información. Todos estos datos, que no comprometen para nada la privacidad del usuario, son muy valiosos para las sociedades de explotación y para las denominaciones de origen, que son los que pagan por estos datos. «Buscamos el win-win, que gane todo el mundo».