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Cereales o grelos, algunos de los cultivos beneficiados por las bajas temperaturas

Xoán Ramón Alvite Alvite
Xoán Ramón Alvite REDACCIÓN / LA VOZ

AGRICULTURA

Ángel Manso

El frío impide el crecimiento de las malas hierbas e incluso bloquea la aparición de plagas

07 ene 2019 . Actualizado a las 15:39 h.

Al contrario de lo que pudiese pensarse, el frío intenso de estos días está resultando beneficioso para el campo gallego. Al menos para una parte importante de los cultivos que se llevan a cabo durante el mes de enero.

Uno de los más significativos, tanto por volumen económico como superficie plantada, es de los cereales de invierno. Variedades como el trigo o el centeno a los que la comarca ourensana de A Limia dedica anualmente más de 10.000 hectáreas y que tienen en las heladas un mecanismo natural de protección. Tal y como apuntan varios productores de la zona, el frío intenso impide el crecimiento de las malas hierbas e incluso bloquea la aparición de plagas. También sucede con las praderías que, aunque se encuentran en plena fase de crecimiento, no sufren con las bajas temperaturas que incluso pueden llegar a quemar las hojas.

«A pranta recupérase sen problema e incluso rebrota con máis vigor», apunta Antonio Rey, ingeniero técnico agrícola y especialista en cultivos de huerta que explica que el frío es, por ejemplo, una condición necesaria para que la nabiza pueda acabar convirtiéndose en un grelo rico y nutritivo. «Estas xeadas son boas para este cultivo que, igual de sol, precisa dun ciclo frío de temperaturas para que agrele de xeito conveniente».

Más perjudiciales, sin embargo, parecen ser las heladas para los trabajos de podado que acostumbran a realizarse en enero, coincidiendo con la parada vegetativa de las plantas.

Los entendidos, sin embargo, desaconsejan la poda en situaciones de frío extremo como el que se registra estos días pues pueden llegar a provocar una pérdida de savia de la planta.

Este es el caso de los frutales: los de hueso deben esperar hasta la llegada de la primavera- ya que en la vid las heladas son totalmente incompatibles con los trabajos en las cepas por cuanto las heridas abiertas pueden provocar, con ayuda del frío, daños importantes.

Sea como fuere, los agricultores gallegos se muestran tranquilos ante lo que consideran un tiempo normal para esta época del año. De hecho, recuerdan que hace años las heladas resultaban habituales y mucho más intensas durante los meses de enero y febrero.

«Recordo anos nos que había xeadas un mes seguido e os cultivos aínda parece que viñan con máis forza. Agora fai frío unha semana, en xaneiro que o tempo de facelo, e xa parece que se acaba o mundo», comenta un ganadero de Mazaricos que, a pesar de todo, sigue sacando sus 20 vacas rubias a pastar todos los días debido a la cantidad y calidad del forraje. «A primeira hora non se pode, pero despois do medio día ata fai calor e creo que esta alternancia fai que a herba aínda sexa de mellor calidade para os animais».