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La sequía del último mes marca el ensilado de maíz

Xoán Ramón Alvite Alvite
X. R. ALVITE MAZARICOS / CORRESPONSAL

AGRICULTURA

ALVITE

Las incursiones del jabalí en las plantaciones también hacen mella en una campaña que no deja de ser buena

24 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Prometía ser una de las mejores cosechas de la historia, sino la mejor, pero la falta de humedad de las últimas semanas ha secado en exceso las plantas de maíz que estos días comienzan a ensilarse. Con todo, los agricultores señalan que la campaña va a ser buena y que se recogerá una cantidad de alimento incluso superior a la registrada el año pasado. Una buena noticia para las granjas lácteas que tienen en esta gramínea el alimento principal sobre el que sustentan la alimentación de sus vacas.

«Este ano foi excepcional para o millo porque tivo calor no momento de nacer, e a chuvia suficiente para permitir a correcta formación da espiga. As temperaturas foron moi suaves e facilitaron o seu crecemento. A única pena foron están últimas semanas pois o vento do norte e o calor fixeron que a planta secase en exceso», apunta David González, ingeniero técnico agrícola de una multinacional de semillas. Este especialista explica que, para conseguir un ensilado óptimo, lo ideal es que el grano esté seco pero que el resto de la planta se conserve lo más verde posible. «Unha planta moi seca é menos dixerible para o animal e ten peor conservación dentro do silo», detalla.

A este contratiempo se une el hecho de que un buen número de agricultores han sufrido mermas importantes en algunas de sus fincas debido al ataque incesante del jabalí. Es el caso de la sociedad mazaricana Sar de Serráns donde dan por perdidas, debido a esta causa, dos de las ocho hectáreas que habían sembrado. A pesar de esto, esperan que la producción total acabe siendo superior a la registrada durante el ejercicio precedente. «Este foi un dos mellores anos que recordo para o millo. A única pega foi a seca do último mes e, no noso caso, o xabaril que cada ano que pasa vai en aumento e con iso o aumento das perdas», indican fuentes de la firma.

Un mes bajo lonas

Si todo va según lo previsto, durante los próximos días se recogerán en la comarca algo más de dos mil hectáreas de maíz o, lo que es lo mismo, más de 62 millones de kilos de alimento que fermentarán durante algo más de un mes bajo una lona plástica para después servirse a los animales en su ración diaria. De hecho, las granjas barbanzanas emplean entre veinte y treinta kilos de silo de maíz por vaca y día, lo que supondría un desembolso importante de dinero si la gramínea tuviese que ser reemplazada por concentrados alimenticios.

Es precisamente por su coste razonable -entre 2 y 3,5 céntimos por kilo- que la superficie dedicada a maíz no deja de aumentar cada año en la comarca, convirtiéndose ya en uno de los cultivos que ocupa un mayor espacio en toda la zona. Tanto es así que, en la actualidad, ya es un hecho habitual que muchos agricultores opten incluso por alquilar parcelas en municipios limítrofes para poder dedicarlas única y exclusivamente a este producto, que es una pieza fundamental para el sector agroganadero.

Es el caso, por ejemplo, de cada vez más ganaderos de Mazaricos que se desplazan hasta Outes en busca de más terrenos para poder plantar maíz..

Cosechadoras de medio millón de euros procesan dos hectáreas por hora

La mejor forma de comprobar la importancia que el cultivo del maíz tiene en la zona es, simplemente, viendo la maquinaria que se utiliza para su recolección y transporte. Durante estos días pueden verse por las fincas algunas de las cosechadoras más grandes del mercado capaces de picar hasta dos hectáreas de maíz en una hora. Máquinas con un precio superior a los 450.000 euros y que se acompañan de tractores de gran caballaje y carros de hasta treinta metros cúbicos de capacidad.

La cantidad de terreno sembrado y la necesidad de realizar el trabajo lo antes posible ha dado lugar a que la mayoría de agricultores contraten esta actividad a empresas especializadas en la materia que les cobran del orden de 400 euros por hectárea por recoger y transportar el producto hasta la granja.