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Las batidas no son la solución para evitar los ataques de los lobos

La Voz LUGO / LA VOZ

AGRICULTURA

ALBERTO LÓPEZ

27 ago 2018 . Actualizado a las 12:19 h.

Este matrimonio también es el ejemplo de que las batidas no son la solución definitiva para controlar los ataques de los lobos al ganado, sin olvidar que muchas veces son los propios ganaderos los que se han dedicado a ocupar lugares históricamente ocupados por los animales salvajes. Quitarles lo que es suyo y, además, matarlos. Pero Joan Alibés y Ermitas Rodríguez han decidido optar por otras soluciones menos salvajes y más sanas, con la ayuda de cinco trabajadores más en las fincas de su ganado: mastines educados para proteger al rebaño ante los posibles ataques de los lobos.

Un ataque en diez años

Las estadísticas hablan por sí solas y es que en más de diez años solo sufrieron un ataque porque «las cabras se habían escapado del recinto», incidente que se saldó con cuatro muertos, una cifra más que asumible al tener en cuenta el intervalo de tiempo. El sistema que usan para criar al ganado es permanecer fuera de la vida de los animales, que están en el pasto. Tienen distintos tipos de cierres en función de las necesidades que tengan.

El pastoreo y la protección del ganado son trabajos de los canes, que «cobran» un kilo y medio de pienso diario «porque también son trabajadores», explica Joan Alibés. En el cierre de las fincas también hay un pastor que impide que las ovejas tengan la tentativa de salir del lugar que está habilitado para ellas.

«Los mastines se adaptan a las condiciones del rebaño en todo momento y sin excepciones», cuenta el catalán, que también explica la facilidad de aclimatación que poseen los canes a la hora de cambiar de zona el rebaño, en caso de mover el cierre o de habilitar un terreno de forma permanente.

Es importante recordar que el hecho de que los lobos se aproximen cada vez más a las viviendas también se debe a que son los cazadores los que cazan a sus presas. Hay otras medidas.

La crianza es otra de las labores de los dos ganaderos, que también crían mastines para educarlos en el pastoreo. «Están en contacto con las ovejas desde pequeños y también viven en la zona para acostumbrarse al ganado y conocerlo», explica el catalán.

Más futuro

Joan Alibés defiende el futuro de la cría de ganado frente a los vacunos de leche, «que tienen muchas amenazas y son incontrolables», explica. El catalán cree que los sistemas ovinos dependen más «de las capacidades de los ganaderos» y menos de las «subidas y bajadas del maíz».

Asimismo, el sistema de explotación permite que la familia ganadera tenga tiempo para otras cosas, como «asociaciones culturales y formar parte de otras asociaciones ganaderas», explica Albés, que es el presdiente de la Sociedade Galega de Pastos e Forraxes.

Las ayudas que reciben desde Beealia y La Cabreta proceden en su totalidad de la Política Agrícola Común. «Ahora estamos mirando las subvenciones de la Diputación para fomentar el uso de las tierras abandonadas», declara Alibés.

La natalidad es otra de las preocupaciones del barcelonés, que también reflexiona sobre la falta de inversión por parte de las admninistraciones para fomentar este tipo de iniciativas.