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La agricultura del futuro ya está aquí

Marta López CARBALLO / LA VOZ

AGRICULTURA

El cultivo de maíz en base a la medición y análisis de datos que aporta la tierra puede suponer hasta un 15 % más de rendimiento

24 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Tenemos teléfonos inteligentes, televisores inteligentes y hasta coches o relojes inteligentes, ¿por qué no un modelo de agricultura también inteligente?

El procesado de datos y el análisis de variables a la hora de obtener el mayor rendimiento empresarial está a la orden del día, y es una rutina tan extendida que a nadie le sonará extraño que una compañía realice un estudio de mercado para ofrecer un producto más apropiado a su cliente, o que trate de abaratar costes para lograr el mayor beneficio final. Así funciona la agricultura de precisión, en especial en lo que a la siembra de maíz forrajero se refiere. Si hasta ahora se ha tratado cada parcela como una única unidad productiva, con el modelo smart se analiza cada palmo de tierra de forma diferente para poder adecuar tanto la siembra, como la fertilización al potencial de ese suelo.

La cartografía de suelos

Todo comienza con un estudio detallado del suelo, un mapeo. «O primeiro paso é tan sinxelo como coñecer o solo sobre o que sementaremos o noso cultivo», explica el ingeniero agrónomo y asesor de la empresa Dekalb. Se mide de qué manera responde la planta de maíz a ese terreno y optimizar los recursos: «Unha das primeiras accións a realizar pode ser reducir as achegas de fertilizante e reducir a densidade de sementeira, co cal xa estamos a mellorar o rendemento económico nas zonas de baixa produtividade», indica Amado, en relación al ahorro en los costes de producción.

También se pueden obtener datos sobre la textura del suelo, un aspecto fundamental a la hora de calcular la densidad de siembra. «Medindo a resistibilidade do solo determínase a textura (arenosa o arcillosa) e a cantidade de gran que hai que plantar», apunta el docente José Gil.

¿Y qué hacer con todos estos datos que aporta el análisis y la cartografía del suelo? Pues trasladarlos al ordenador de abordo de una maquinaria muy específica y equipada con tecnología GPS que, aunque no abunda mucho por el norte de España, poco a poco va ganando terreno. ¿Y de qué manera beneficia este laborioso proceso al productor? Habrá casos en los que el agricultor esté ya optimizando al máximo sus recursos, explica Pablo Amado, cada caso es un mundo. Pero en algunas circunstancias el rendimiento obtenido puede incrementarse hasta un 15 o 20 %.

Un futuro inmediato

Aunque la puerta de la profesionalización lleva ya bastantes años abierta, lo cierto es que este tipo de técnicas tardan lo suyo en implantarse del todo. La acogida -tanto por parte de empresas agrícolas como de productores- no podría estar siendo mejor, explica Amado: «Cada vez vese máis interese e xente que se informa, e de non haber ningunha máquina apropiada para estes labores, pasou a haber varias en Galicia». No es que sea la agricultura del futuro, sino que ya está aquí, y ha venido para quedarse.

Incluso para otros laboreos, como el abonado o el aplicado de tratamientos específicos, pues miden valores como el fósforo o el potasio y calculan la fertilidad del terreno. En este caso, serían aplicables a fincas de superficies mucho más grandes que presentaran múltiples variables, por lo que no es muy recomendado para el sistema territorial ultra parcelado típico de Galicia.

«Optimizas semente, abonado e sulfatos»

¿Usar tecnología avanzada en la tierra? Para Xusto Sánchez en un sí rotundo. «Optimizas semente, abonado e tamén sulfatos», indica el empresario pontecesán, que este año ha probado suerte con uno de los nuevos sistemas de siembra de José Ramón Trigo Osinde.

José Ramón Trigo Osinde tiene maquinaria de precisión
José Ramón Trigo Osinde tiene maquinaria de precisión Basilio Bello

Fonteboa acoge por cuarto año un nuevo campo de ensayo

Por cuarta temporada consecutiva, la EFA Fonteboa y Dekalb siguen colaborando con la plantación de un campo de ensayo de maíz que será supervisado por personal del centro y el alumnado.

La siembra

Variedades. Plantaron cuatro variedades de maíz en tres repeticiones (ya que serán cosechadas en tres momentos distintos). En total, alrededor de media hectárea.

La Supervisión

Temperatura. Miden cada día la temperatura a la que es sometido el maíz y transfieren los datos para que se calcule cuando es el momento propicio para su recolección. También exploran el crecimiento de la planta o las malas hiervas, entre otras cosas.

La cosecha

En tres fases. Siendo 100 % el grado máximo de maduración del grano, se recogen y analizan muestras de cada variedad sembrada en tres etapas distintas: cuando el grano está al 25 %, al 50% y al 75 %. De ese modo sabrán en qué momento es mejor cosechar cada variedad para obtener un mayor rendimiento final (litros de leche por hectárea), y transmitir los resultados al ganadero.