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Jesús López, apicultor: «Lo echaron cerca y acabó con una decena de mis colmenas»

P. C. REDACCIÓN / LA VOZ

AGRICULTURA

El apicultor mariñano Jesús López Pernas perdio parte de sus colmenas en Ourol
El apicultor mariñano Jesús López Pernas perdio parte de sus colmenas en Ourol XAIME RAMALLAL

Asegura que su aplicación en un eucaliptal próximo también hizo mella en la fauna silvestre

05 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Jesús López Pernas es un apicultor mariñano que vio cómo su enjambre mermaba de forma casi repentina. Sucedió el año pasado, en primavera. Está seguro de que el glifosato fue el culpable. «Lo echaron cerca, en un eucaliptal que estará a unos cien metros de mi finca para quemar la maleza, y acabó con una decena de mis colmenas», relata.

Tiene más de 70 y va alternando la producción de miel entre los municipios lucenses de Ourol y el de Viveiro. «Es mi afición de siempre, las colmenas ya son heredadas», explica con voz animosa. Y, aunque la producción que saca de ellas es de uso primario y, fundamentalmente para el autoconsumo, afirma que fue un golpe duro. Uno más, dice, porque son muchos los frentes abiertos. Especialmente en los últimos años, con amenazas químicas y biológicas, como la velutina, la nueva enemiga de las abejas gallegas.

Daños medioambientales

«Hace ya un año de eso y no he visto una ayuda. Nunca las hay para nosotros», critica Jesús López. «Y ya no es solo el daño que causaron en mis colmenas. Yo también soy cazador y en la zona en la que se echó antes se veían muchas liebres. Ahora está la hierba quemada y han aparecido solo sus esqueletos», continúa el apicultor, para el que el herbicida no es más que una fuente de preocupaciones. «Hay otra cuestión: este año no hubo arrastres, porque hasta ahora no empezó a llover, pero estos productos son tóxicos y acaban en los ríos. Cerca de este eucaliptal hay un pequeño regato que se sigue usando para el regadío y aún se pescan truchas en el tramo final», señala.

La Axencia Galega de Apicultores (AGA) viene denunciando en los últimos años, junto a grupos ecologistas y otros colectivos, los efectos colaterales del glifosato. De hecho, los productores de miel impulsaron en varios concellos la moción para declararlos libres de este herbicida.

El secretario técnico de la asociación, Xesús Asorey, considera que «os organismos oficiais deberían ser os primeiros en dar exemplo en deixalo de empregar». «A nivel público e privado, quéimanse as leiras con glifosato xusto na primavera, cando vén o bo tempo, xusto cando as fincas están cheas de flores e bótano por encima das abellas das plantas. Iso mata todo, non só as malas herbas e silveiras», continúa.

La AGA decidió pronunciarse al respecto al recibir quejas por parte de los apicultores. Lo hizo «xa non só polas perdas e estragos que lles causa, senón tamén porque os socios son consumidores e este composto pasa á cadea alimentaria», incide Asorey.