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Las parcelarias, unión de fincas y desunión de criterios

Xosé María Palacios Muruais
xosé maría palacios VILALBA / LA VOZ

AGRICULTURA

Suso Pena

Los procesos de reparcelación tienen evidentes consecuencias, pero suelen ser lentos e incluso se paralizan

18 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Las concentraciones parcelarias son conocidas incluso fuera del sector primario. Como publicó ayer este periódico, hay ahora procesos en marcha en once municipios de Lugo. La denominación se asocia con la reorganización de la propiedad, aunque el proceso no está exento de problemas ni de conflictos que las ralentizan o las acaban parando. Con ventajas o con inconvenientes, en la zona donde se realizan causan evidentes. Con ayuda de Miguel García, ingeniero técnico agrícola residente en Meira, en este análisis se desgranan detalles de este asunto.

¿Qué beneficios produce una concentración parcelaria?

García cita varias: la organización de la propiedad, la reducción del número de parcelas, la creación de fincas de mayor superficie, la construcción de vías de acceso, la realización de planos y el aumento de la seguridad para el propietario -los títulos están inscritos y él pasa a tener datos concretos y actualizados de sus fincas- son algunas. Pero también añade que una vez realizada la concentración, hay descenso de litigios por asuntos como los marcos de fincas o las servidumbres.

¿Qué defectos se le pueden achacar a un proceso de este tipo?

La más evidente para García es la lentitud del proceso, aunque también cita la posibilidad de una fuerte reducción de los árboles autóctonos y la falta de control en la delimitación de los cultivos cuando el proceso ya ha terminado.

¿Qué incidencia social producen en donde se realizan?

Por un lado, las explotaciones ganaderas tienen mayor dimensión, algo que también se da en los terrenos forestales. Hay mejores accesos, y con más facilidad para el movimiento de las máquinas aumenta la rentabilidad del trabajo. Por otro lado, una parcelaria garantiza más facilidades en procesos como las herencias, pero también, por ejemplo, ayuda a usar las fincas como aval en una inversión.

¿Qué pasos debe seguir una concentración parcelaria?

Los recoge la Consellería do Medio Rural e do Mar en su página web: inicio, estudio de viabilidad, decreto de concentración, bases provisionales, bases definitivas, proceso de concentración, acuerdo y acta de reorganización de la propiedad.

¿Qué terreno suelen abarcar estos procedimientos?

Suelen identificarse con parroquias, pero pueden realizarse en parte de una o en varias.

¿Hay una duración media para este tipo de desarrollos?

No. Concentraciones cuyos primeros pasos se dieron en la década de los noventa todavía están sin acabar. García matiza que algunos aspectos, desde la necesidad de dar opción a la presentación de recursos hasta la dificultad para acreditar la propiedad, entrañan cierta lentitud. Opina que una concentración debería de acabarse en menos de diez años, y pone como ejemplo la de Outeiro (Castro de Rei): entre la aprobación del decreto y la entrega de títulos de propiedad pasaron diez años.

¿Por qué se llega a paralizar un proceso de concentración?

Pueden surgir discrepancias entre propietarios o puede darse desinterés de los afectados. No obstante, resulta necesario, en estos casos, publicar un decreto que recoja esa nulidad.

¿Cómo se notan las consecuencias una vez acabado el proceso?

García cita el caso de dos municipios limítrofes, A Pastoriza y Meira. El primero, en donde las concentraciones empezaron hace más de 40 años y llegan a todo el concello salvo una parroquia, tiene explotaciones ganaderas punteras; en cambio, el segundo, sin ninguna, las tiene cada vez más reducidas. Pero dice que incluso las expectativas forestales que se abren son dispares, y contrapone dos ayuntamientos también limítrofes: en A Pontenova se está concentrando la única de las once parroquias que faltaba (Bogo), mientras que en Ribeira de Piquín está parada la única que llegó a iniciarse (Navallos).

análisis el cambio de la estructura de propiedad