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Val do Dubra plasma en un libro su «historia sentimental»

emma araújo SANTIAGO / LA VOZ

AGRICULTURA

El trabajo recopila imágenes y documentos de todo el siglo XX

28 ago 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Ciento veinte páginas resumen en una esmerada edición lo que Unamuno llamaría la intrahistoria de Val do Dubra, y lo que el autor, Gustavo Oreiro, define como «historia sentimental», todo un sinfín de acontecimientos cotidianos del siglo XX que se han mantenido en la memoria gracias a las fotografías que los vecinos de este municipio, que en su día fue Concello de Buxán, que formó parte de la comarca de Ordes y que hoy, ya como Val do Dubra, pertenece a la comarca de Santiago.

El trabajo, titulado Crónicas de un pueblo, es más que un libro, ya que en el han participado numerosos vecinos que cedieron fotografías y documentos diversos. Todos estos colaboradores experimentaron en carne propia la evocación de recuerdos de sus primeros días de colegio (la foto de portada del libro es una imagen de los alumnos de la escuela de los cincuenta), de sus familias y hasta de su paso por el servicio militar.

Particular estructura

La publicación incluye documentos tan particulares como carnés de somatenes, un tipo de milicia, que tal y como recoge el texto, consistía en un grupo armado «que permitía a hombres de buena reputación y poseedores de armas formar parte de una especie de fuerzas del orden» y que fue promovido en la dictadura de Primo de Rivera.

El trabajo también incorpora escritos de petición de licencias de obras, extractos bancarios del año 1937 y documentos necesarios para emigrar a Sudamérica en los años 20. Todo un arsenal de información para que las nuevas generaciones de dubreses conozcan una historia que hasta ahora solamente les había llegado de forma oral.

El libro está dividido por áreas geográficas agrupadas por capítulos: Feria, Vereda, Iglesia. Y dentro de cada uno de ellos incorpora imágenes tomadas en su día como recuerdos de bodas, bautizos y reuniones de amigos y que ahora conforman el pilar fundamental de esta publicación, que también ofrece un recorrido por prácticas agrícolas, como la malla del trigo, así como celebraciones religiosas y muestras de la importancia del ganado en la vida rural dubresa y los sistemas de transporte.

Fotografías de autobuses de época y la imagen hoy impensable de padre, madre y niño en Vespa y ninguno con casco hacen viajar en el tiempo a generaciones más allá de Val do Dubra.

La ironía forma parte del estilo del autor del libro, con pies de foto de grupos de jóvenes con el mensaje: «Chicas arriba, chicos abajo, todo en orden» y también de militares con la citas: «Isolino satisfecho, cual capitán general» y «José María y el gran caballo blanco».

Cruzar Portomouro pagando

La importancia del puente de Portomouro merece unas cuantas líneas en esta publicación. Y así, en sus últimas páginas se recuerda que la Diputación destinó en 1841 once mil reales a reparar un viaducto cuyo paso no era gratuito: cinco céntimos por persona, el mismo importe por caballería, vaca, oveja o cabra. Todo un equivalente al peaje del puente de Rande.