Organizaciones ecologistas y de defensa del medio natural han ejercido un papel activo en el proceso de concentraciones parcelarias en Galicia, enviando alegaciones a numerosos decretos que entrañaron un impacto ambiental elevadísimo, tanto por la fragilidad de los hábitats en los que se intervenía como por la propia dureza de las actuaciones.
La comarca ourensana de A Limia fue escenario de una de las últimas denuncias por la inminente puesta en marcha de una concentración que afecta a una zona declarada reserva de la biosfera. A las alegaciones de la Sociedade Galega de Historia Natural (SGHN), en las que solicitaba, entre otras medidas, que se ciñese a las zonas agrícolas y se sometiese a estudio de impacto ambiental, se sumaron organizaciones y científicos de toda Galicia. Particularmente crítico se mantuvo el Movemento Ecoloxista da Limia (MEL), denunciando la tala de árboles centenarios dentro de las labores preparatorias del plan de ordenación. «Tiveron que recorrer aos valores ambientais de Rairiz de Veiga para conseguir a declaración da Reserva da Biosfera, con Allariz e Vilar de Santos, e agora os mesmos queren meter a a parcelaria. Nós, que xa estabamos loitando polos sistemas agrarios tradicionais cando non existía a palabra sostible, imos intentar que polo menos respecten os vellos camiños, e as canles de desagüe».