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Boal intenta recuperar los más de 30 lavaderos tradicionales del concejo

Daniel Gayoso

AGRICULTURA

22 ene 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Los lavaderos tradicionales constituyen siendo uno de los atractivos más importantes de Boal. Un estudio realizado el año pasado localizó 30 dentro del concejo, todos con diferencias claras y en estados de conservación muy diversos. Desde hace ocho años, el Ayuntamiento lleva a cabo diversos proyectos de rehabilitación y puesta en valor de estos lugares, empleados en su momento como centros de trabajo y ocio del sector femenino del concejo. «Creíamos que había que poner estos lugares en valor. Era una necesidad recuperar este patrimonio y potenciarlos entre la población y visitantes, ya que no podemos olvidarnos que todos tienen cierto valor arquitectónico. Seguiremos en los próximos meses con estas actuaciones, hasta acondicionarlos todos», manifestó el alcalde de Boal, el socialista José Antonio Barrientos.

Desde el Ayuntamiento se considera que los más de 30 lavaderos del municipio constituyen un patrimonio histórico y etnográfico que se debe recuperar y rentabilizar como aliciente turístico.

Precisamente, para explicar el significado de estas construcciones, lleva cuatro meses abierto al público el Centro de Interpretación de los Lavaderos.

El consistorio boalés decidió levantar este museo en un antiguo lavadero situado en pleno casco urbano de Boal y cuya construcción destaca entre el resto.

Cuenta con una planta de unos 100 metros cuadrados y en su interior podía trabajar hasta una veintena de mujeres a la vez. Además, la historia de este lugar refleja fielmente las relaciones que históricamente este concejo tuvo con la emigración. El lavadero fue construido en torno a 1930 gracias al dinero donado por un boalés emigrado en tierras cubanas.

«Fue un indiano el que mandó el dinero para que se levantase. Lo hizo en homenaje a su esposa, que había fallecido recientemente, y a todos los vecinos de Boal, que al fin y al cabo iban a ser los verdaderos usuarios de estas instalaciones», destaca David Flórez, el autor del estudio sobre los lavaderos en el concejo.

Los lavaderos representaron durante varias décadas el lugar de encuentro de las mujeres de los núcleos rurales, a donde acudían a lavar la ropa y a intercambiar comentarios. Era un lugar de trabajo cotidiano que servía de punto de reunión. Además, también se usaban para lavar los útiles de agricultura y como abastecimiento de agua.

«Tenemos muchos lavaderos rehabilitados y otros que aún, hoy en día siguen usándose. Principalmente como fuente, pero muchas familias también se aprovechan de ellos en momentos de matanza. Era un elemento imprescindible», destaca David Flórez.