Ribeira Sacra cierra en las laderas de Manzaneda su cuarta mayor vendimia

Las estimaciones que avanzó el consejo regulador en los prolegómenos de la vendimia se cumplieron finalmente. Ribeira Sacra llega en esta campaña a los seis millones de kilos de uva previstos. Para ser precisos se recogieron 6.047.400 kilos, por lo que será la cuarta cosecha de mayor volumen desde la puesta en marcha de la denominación de origen. Esa producción solo se vio superada en los años 2019 (7.262.831 kilos), 2011 (6.999.560) y 2021 (6.545.331). La vendimia se dio por concluida el pasado miércoles, después de que la única bodega que seguía abierta pasase el último balance de entrada de uva.

El cierre de campaña en Ribeira Sacra estaba pendiente de que hiciese lo propio la bodega ourensana Dominio do Bibei, situada en el municipio de Manzaneda, que integra la subzona de Quiroga-Bibei junto con parroquias vitícolas de Quiroga, A Pobra do Brollón, Monforte (Rozavales), Ribas de Sil, San Xoán de Río y A Pobra de Trives.

Dominio do Bibei dispone de una importante superficie de viñedo propio alrededor de sus instalaciones y también adquiere uva en Doade, Vilachá de Salvadur y Quiroga, en esta última zona básicamente godello. Aunque ya había dado por finalizada la vendimia antes del 11 de octubre, esta bodega dispone de un exhaustivo sistema de control de entrada de la uva que ralentiza el cómputo de la producción.

Las cajas de uva se guardan a su llegada en cámaras de frío y desde allí pasan paulatinamente a una cinta transportadora en la que se realiza un cribado racimo por racimo antes del estrujado. El reconocimiento de la crítica a esta bodega, la de mayor vocación exportadora de la denominación de origen, está en consonancia con el listón de calidad que se autoimpone en los vinos. Dominio de Bibei es, por otro lado, una de las contadas bodegas de Ribeira Sacra en la que todos los vinos pasan por madera. La otra es Adega Régoa, ubicada en Amandi y propiedad de José María Prieto.

Menos uva blanca

Las condiciones meteorológicas desde el comienzo oficial de la vendimia, el pasado 15 de septiembre, permitieron una recogida escalonada de la uva. La campaña, sin embargo, no se prolongó tanto como la del año anterior, que se dio por concluida un 20 de octubre. La meteorología no fue tan condescendiente con los viticultores en las fases previas a la maduración de la uva. Las olas de calor, aliadas con la sequía y el abrasador viento sur de algunas jornadas, redujeron sensiblemente la producción de godello, variedad blanca especialmente sensible a estos episodios. Muchos racimos secaron antes de que se iniciase la recolección.

En las variedades tintas, los golpes de calor no se tradujeron de forma generalizada en una maduración adelantada de la uva. En muchas viñas habitualmente precoces la recogida se retrasó este año debido al estrés hídrico que sufrieron las plantas en verano. En esas condiciones de calor y falta de agua, la vid reduce su actividad al mínimo para no tener que alimentar sus reservas a cuenta del fruto.

Los precios de la uva tinta se mantuvieron en la línea de pasadas campañas, mientras que los del godello apuntan al alza. Rectoral de Amandi, la bodega de mayor volumen, contribuyó a la estabilidad de la campaña al recoger la uva a la totalidad de sus proveedores habituales.

Sinónimo de mencía

El desglose por variedades del balance de la vendimia pone de relieve que Ribeira Sacra sigue siendo sinónimo de mencía. De esta variedad se recolectaron 4.814.065 kilos, el 90% de la producción de uva tinta —se contabilizan otras ocho variedades— y el 80% de la producción total de la denominación de origen. El godello, variedad de la que se cosecharon 555.938 kilos, marca distancias con la segunda uva blanca en volumen, el albariño, con 75.936 kilos recolectados. Entre las tintas minoritarias, sobresalen la garnacha (232.015 kilos) y el sousón (116.937). El tempranillo, por su parte, sigue un año más en caída libre.

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