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Los cultivos de las comarcas de Ordes y Xallas, los más afectados por la sequía

Alejandro García Chouciño
A. g. chouciño A CORUÑA

SOMOS AGRO

Basilio Bello

«El 50 % del maíz está perdido», coinciden investigadores y agricultores

17 ago 2022 . Actualizado a las 13:04 h.

Cuesta calcular el impacto que va a tener este verano tan seco en la provincia de A Coruña para el sector de la agricultura. «De prolongarse más esta sequía va a tener unas consecuencias que no somos capaces de cuantificar. Lo que ya ocurre de forma inmediata es que hay un problema de abastecimiento de agua en determinadas zonas. Hay núcleos rurales que se abastecen de traídas privadas y están teniendo dificultades», explica Félix Porto, responsable de coordinación sectorial de Unións Agrarias.

En este sentido, Porto precisa que las zonas más afectadas son las del interior: «Mesía, Trazo, Ordes, Curtis, etcétera». También ahí se encuentra el cultivo que más preocupa. El maíz. «De las 45.000 hectáreas de maíz de forraje plantadas en la provincia, la que más tiene es la comarca de Ordes, con 10.423 hectáreas. Después está Xallas, con 6.700, y a partir de ahí ya son varias, como Bergantiños. Por lo tanto hay zonas que se van a ver más afectadas porque son más productoras».

Desde el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM) también observan con preocupación las cosechas de este año. «El maíz es uno de los cultivos que, históricamente en estas fechas, siempre dependía mucho su rendimiento final del agua del mes de agosto. Lo que ocurre es que este año se acumula una sequía prolongada y existen unas necesidades hídricas importantes. La gran mayoría de los cereales (trigo, centeno, cebada) ya se han recogido, por lo que la incidencia de la sequía en ellos no ha sido tan negativa, puesto que su ciclo de cultivo es más corto en la campaña de verano», destaca Xosé Antonio Meixide, investigador del CIAM.

Las cifras no son alentadoras. «Pase lo que pase estas semanas, el 50 % está perdido. Serán unas 900.000 toneladas de silo que están perdidos. Suponen unas pérdidas de 70 millones de euros solo en maíz. Esto va a tener unas consecuencias muy negativas», lamenta Porto.

Semanas clave

Meixide, por su parte, incide en que la primera quincena de agosto es un punto de inflexión. «Recuerdo que, históricamente, siempre los cultivos agrícolas dependían mucho de las lluvias del mes de agosto. Mucho. Porque ya el maíz con el hecho de que le llueva en esta etapa de floración significaba tener una buena cosecha. Históricamente, esta primera quincena siempre marcó un punto de inflexión en los cultivos. Esto no quita, que en el otoño la sequía vaya a seguir. No se puede bajar ahora la guardia si se pone a llover», indica el investigador.

Manuel Da Cunha, gerente del grupo Panadería Da Cunha, acredita la situación e indica que los ensayos de maíz autóctono los tienen que regar para que no se pierda la investigación este año.

Mermas de hasta el 70 % en cosechas de tomates y lechugas plantadas en invernaderos

Los problemas también se producen en las huertas e invernaderos. «Las producciones de verano en invernaderos están muy afectadas. Se quemaron muchas por las altas temperaturas. Hay una reducción media de un 30 %, pero hubo agricultores con mermas en su producción de un 70 %. Casos de cultivos de tomate y lechuga, por ejemplo. En julio y agosto es cuando se siembran las producciones de invierno (repollo, brécol, y coliflor). Son cultivos importantes que por la situación de seca son imposibles de plantar con esta situación», sostiene el representante de Unións Agrarias.

Otros cultivos, como el caso del arándano en la zona de Cerdido, también tendrán una reducción en su cosecha. «Este año hubo muy poco acopio de agua por la sequía y Galicia tampoco acumula mucha agua en superficies profundas. En este sentido, nosotros hemos procurado regular mucho nuestro riego de la finca. Lo que ocurre es que cuando vienen golpes de calor tienes que aumentarlos. Está siendo un año muy complicado», explica Miguel Mato, gerente de Finca Horticina. Aclara que con la cosecha temprana se notaron menos los efectos de la sequía, «pero la que viene ahora sí que se nota que hay más fruta deshidratada. Hay una pérdida de fruta por esa carencia. Hay campos muy secos», añade.

Francisco Bello, presidente de la Asociación Agraria de Galicia (Asaga): «En Galicia llueve mucho y junto, pero no se aprovecha bien»

El sector agrario vive uno de sus peores años en cuanto a producción. Los bajos recursos hídricos a causa de la sequía prolongada y el alza de precios en el mercado provocan que muchos auguren que lo peor aún está por llegar. Francisco Bello, presidente de la Asociación Agraria de Galicia (Asaga), traslada los problemas del gremio.

—¿Cómo se encuentran los agricultores?

—Aún queda mucho verano y eso es lo que nos preocupa. Estamos viendo que es de los más secos que se recuerdan. Es cierto que se producen cada cierto tiempo. Creo recordar, según decían mis abuelos, hubo una después de la posguerra y la última así fuerte fue en los 80. Estamos pasando una situación muy delicada por las restricciones de agua que ya se ven en los núcleos urbanos, pero es que en el campo la necesitamos para todo: para producir alimentos para la población en general, para alimentar a la ganadería, para nosotros... dependemos de pozos propios, de fuentes, de traídas vecinales, y a veces también hay la suerte de tener traídas municipales. Pero en el rural gallego no es lo habitual. Es una situación muy difícil, donde nos tememos que si esto sigue así, esto se va a prolongar y lo peor está por venir.

—La mirada está puesta en el maíz.

—Especialmente los ganaderos de leche, que utilizan el forraje de maíz en invierno como cultivo altamente proteico para la producción de leche. Lo que está claro es que la merma está garantizada. Hay gente que es optimista y piensa que si llueve se puede salvar la cosecha, pero en zonas del interior de la provincia, la cosecha ya se pueda dar por no salvada. En cuanto a cantidad va a ser tremendamente inferior, por supuesto de la del año pasado, que fue una cosecha récord. Y de las peores medias de los últimos 25 años.

—También se han visto afectados otros alimentos.

—Todos estos extremos provocan graves alteraciones en la agricultura y el sistema. En la actualidad estamos teniendo dos estaciones: el invierno y el verano. La primavera fue muy atípica. En los frutales y en todo se ha notado un descenso muy importante en la cosecha. El nivel del caudal de los ríos baja, y las capas subterráneas también... Esto nos tiene que servir para ver que en Galicia llueve mucho, pero llueve junto y no se guarda, ni se aprovecha como debería. Echo en falta estructuras e infraestructuras como las que hay en Israel. La tecnología y los sistemas que utilizan para aprovechar el agua están a años luz. Habría que aprender y ver cómo tenemos que utilizar las nuevas tecnologías. Hay que afrontar un reto que cada vez es más frecuente, que son las fuertes sequías.

—¿Se trabaja en un plan de choque?

—Hay que incidir en que España tiene una de las mejores políticas de seguros agrarios del mundo. Tenemos capacidad de asegurar cosechas para casi todos los riesgos. Y la sequía es uno de ellos. Entonces, los agricultores y ganaderos también tenemos que valorar la posibilidad de ir explorando ese mundo. Evidentemente, con toda la promoción inicial que necesitan por parte de las Administraciones para que se vaya viendo la importancia y la tranquilidad de tener un seguro al menos para minimizar riesgos económicos. Pero también hay que explorar la posibilidad de las ayudas por la vía de zonas catastróficas, y todo lo que se pueda obtener por parte de las Administraciones teniendo en cuenta esta situación, que esperamos que sea extraordinaria y que no se repita durante mucho tiempo.