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La Misión Biológica de Galicia regresa a Santiago después de 96 años

Joel Gómez SANTIAGO / LA VOZ

SOMOS AGRO

Rafael Zas, Elena Cartea y Concepción Sánchez, dirigentes de la Misión Biológica de Galicia, ante la sede compostelana del centro, en el Campus Vida
Rafael Zas, Elena Cartea y Concepción Sánchez, dirigentes de la Misión Biológica de Galicia, ante la sede compostelana del centro, en el Campus Vida PACO RODRÍGUEZ

Trabaja sobre el cambio climático y el suministro sostenible de alimentos

21 jun 2022 . Actualizado a las 00:16 h.

Dos potentes investigaciones internacionales, que buscan proporcionar soluciones sostenibles para la gestión del suelo agrícola y contribuir a retos globales como el cambio climático y el suministro sostenible de alimentos, están entre las principales líneas de trabajo de la Misión Biológica de Galicia (MBG) en Santiago.

Este centro regresa a Compostela después de 96 años. Se fundó en 1921 y empezó en la Escuela de Veterinaria, que funcionaba entonces en el Hórreo, en el edificio que ahora es sede del Parlamento de Galicia. Pero en 1926 Veterinaria se trasladó para León y la Diputación de Pontevedra salvó la MBG y la situó en sus actuales instalaciones de Salcedo, a pocos kilómetros de la ciudad del Lérez. El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC, la institución de investigación más grande de España), a la que pertenece ahora el centro, acordó el año pasado fusionar sus instalaciones con las del Instituto de Investigaciones Agrobiológicas de Galicia, situado en el Campus Vida, y que ambos centros se denominasen MBG. Así ocurre desde febrero de este año, explica Elena Cartea, que es su directora. Cuenta con dos vicedirecciones científicas, que desempeñan Concepción Sánchez en la sede de Santiago, y Rafael Zas en la de Pontevedra.

«La idea de la integración es hacer un centro más fuerte, más visible, uniendo las sinergias de las investigaciones que se llevan a cabo en sus dos sedes. Así se potencian las ciencias agrarias en Galicia, para un sector que tiene enorme importancia e interés económico, social y cultural», sostiene Elena Cartea, bióloga formada en la USC, donde también se doctoró.

«En ambos centros hay grupos que trabajan en agricultura, genética forestal, suelos o biotecnología de plantas», agrega.

Entre los proyectos en Santiago destacan dos con financiación europea. Son el Minotaur, en el que participan centros de investigación de otros nueve países y estudian las funciones de los organismos que habitan el suelo para conocer la elevada susceptibilidad de los suelos al cambio global; y el AgroecoseqC, en el que entidades de ocho países realizan experimentos a largo plazo para investigar «cómo el aumento de la agrodiversidad y la reducción de los insumos externos promueven una mayor sincronía entre las demandas de los cultivos y la disponibilidad de nutrientes, mediados por la actividad de la microbiota edáfica», explican.

 Ambos proyectos finalizan en el 2024 y tienen más de 4 millones de euros de financiación.

En sus inicios en la ciudad asombró a Europa y «seguimos en la misma línea»

En sus inicios en Santiago, la Misión Biológica de Galicia, liderada por el veterinario Cruz Gallástegui, asombró a Europa al cultivar por primera vez híbridos de maíz. Supuso un enorme avance para la agricultura y trabajó estrechamente con el sector primario gallego. «Ahora la investigación es muy distinta, muy exigente, pues además de transferir conocimiento al sector hay que atender ámbitos como tener proyectos y publicaciones internacionales, entre otros. Pero respecto a aquella filosofía inicial de trabajar en la mejora genética y colaborar con el sector, seguimos en la misma línea», afirma Elena Cartea, la directora del centro.

La Misión consta de dos departamento y 15 grupos de investigación. El de Producción Vegetal lo integran siete grupos y uno, el de Biotecnología de especies leñosas, está en Santiago. El de Suelos, Biosistemas y Ecología tiene ocho grupos, tres de ellos en Santiago: los de Ciclo Biogeoquímico del Carbono Edáfico, Bioquímica y Calidad de Suelos, y el de Interacciones Microbioma-Suelo-Planta, que es el que lidera los dos proyectos europeos.

La Misión Biológica de Galicia tiene 28 investigadores científicos titulares, 20 en Pontevedra y 8 en Santiago. Su plantilla es de 150 profesionales y una cuarta parte ejercen en Santiago.